jueves, 26 de enero de 2012

La "ecuanimidad" del señor Garzón


La verdad es que ya da un poco de tufillo todo este tingladillo de procedimientos judiciales abiertos al “juez estrella” Garzón, con abundantes titulares propagandísticos sobre su figura.

Este “juez estrella”, arrogándose facultades que sólo parecen corresponderle a él, y como  se recordará, ha abierto expedientes judiciales a causas, como por ejemplo, las  de los crímenes argentinos cometidos por Pinochet, o los de la dictadura de Franco.

Si la ecuanimidad, imparcialidad de juicio, tiene que ser la estrella por la que se guíe todo juez, en el caso de este señor parece que no existe. Porque, vamos a ver:

a).- Por qué no hace lo  propio con los millones de crímenes cometidos bajo el régimen comunista de la implosionada URSS?

b).- ¿Por qué no se interesa, asimismo, por los mismos crímenes actuales en la China comunista, o en la Cuba castrista?.

c).- ¿Por qué no sale en defensa de los Derechos Humanos que constantemente se violan en los sistemas citados, o en los teocráticos islamistas, en donde también hay crímenes y asesinatos todos los días?.

d).- Por qué no persigue, con la misma fuerza y ahínco, los cometidos durante la República o durante la Guerra Civil en la zona roja?

Si hace todo esto, claro, dejaría ser el “juez estrella” y ya no se hablaría tanto de él, asuntos estos que le importan más que el escueto y estricto cumplimiento de su verdadera función. Pero para esto, claro está, hay que ser ecuánimes.

Aparte de esto, y como ya es público, el susodicho juez goza de un privilegio que prácticamente no está a disposición de nadie: reunir nada más y nada menos que a siete juristas, o como quieran ustedes llamarles, para que se le juzgue.

Por otra lado su “fama” está bien apoyada por todos esos palmeros que le acompañan y le escoltan cuando se dirige al Supremo. Sólo falta que le lleven bajo palio.

Luis David Bernaldo de Quirós Arias

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