lunes, 30 de enero de 2012

El nuevo ministro de Justicia y el aborto


El nuevo ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón (¡casi nadie al aparato!), va a promover cambios en la ley del aborto, cuando el verdadero cambio sería el que desapareciese dicha ley. Una vez más, y como ya hemos dicho un montón de veces, queda al descubierto la hibridez de este sujeto, así como la de los componentes de la cúpula del PP que, dicho sea de paso, están engañando a la gente. No le auguramos nada bueno.

Volviendo al tema del aborto, supongo que se acordarán de lo que se hacía en Esparta cuando nacía un niño: practicar una auténtica eugenesia que, según el Diccionario de la RAE es “aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana”. La criatura recién nacida era sometida al examen de una comisión de sabios, ancianos, o como quieran ustedes llamarla, que era la que diagnosticaba y decía si el niño era fuerte, robusto, si estaba sano y no presentaba ningún tipo de lesión. En caso contrario, era despeñado desde lo alto de una montaña, o se le dejaba abandonado hasta que se muriese

Pues bien, ante esta monstruosidad, los “progres” del mundo, unidos, miraban para el panel ideológico a ver qué decía, y se encontraron que en dicho panel se leía que aquella norma espartana era  un acto propio de sociedades prácticamente salvajes.

Dicho esto, y como recordarán, en el año 2.010 el  nefasto gobierno de Zapatero aprobó una nueva ley del aborto, que nada tenía que ver con la aprobada en 1.985 durante el “gonzalato”, en  la que se ponía como límite del aborto libre las 14 semanas de embarazo.

Posteriormente, ya se comentó sobre si las menores (no sé por qué no dicen también “menoras”) de 16 años podría decidir sobre el asunto con o sin permiso paterno, aberración monstruosa de Zapatero y su “complexo”.

Visto lo visto, esta ley abortiva de Zapatero es peor que la ley espartana, porque por lo menos en ésta el ser humano nacía.

Y lo peor es lo del citado sujeto Gallardón: quiere reformar la citada ley de 2.010, con el matiz de la mayoría de edad para las chicas que, ya siendo mayores de edad, quieran asesinar a sus hijos.

Mírese como se mire, señor Gallardón, el aborto es un asesinato. Su responsabilidad es tremenda, lo mismo que la del sujeto que en su día la sancionó. Más claro, el agua.

Nota.- En la foto, un ser humano de nueve semanas de gestación.

Luis David Bernaldo de Quiós Arias

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