Es tanto el odio que se tiene a la religión cristiana, que hasta a los futbolistas se les prohibirá hacer la señal de la cruz, como hacen muchos jugadores cuando meten un gol o cuando saltan al campo.
La medida está en estudio y dicen que para tales señales están las iglesias y el ámbito privado e íntimo. Admitamos esto ¿Habrá algo más privado e íntimo que las manifestaciones de amor, en toda “su gama”? ¿Qué sucedería si se llama la atención a una pareja cuando están “manifestando” su amor en público? Inmediatamente, lo de siempre: atentado contra la libertad, fascista, retrógado y toda esa letanía progre que repiten como guacamayos.
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