viernes, 9 de marzo de 2018

Día internacional de la mujer ( I )



El género y la “génera”

Como ya sabrán, ayer se celebró el día internacional de la mujer, aunque lo de “internacional” habría que pensarlo un poco, ya que sólo se celebró en 50 países. En Mauritania, Egipto, Jordania, Marruecos, Líbano, Kuwai, Qatar, Turquía, Yemen, Arabia Saudí, Siria, Chad, Mali, Irán, India,  Corea del Norte, China, Cuba, y algunos más que seguro nos quedan en el tintero, nada de nada.


La verdad es que no se entiende muy bien cómo tal celebración se caracterizó por una huelga, con las correspondientes monsergas sloganes de siempre: “superación del capitalismo neoliberal y heteropatriarcal”. Otro slogan decía: “Llamamos a la rebeldía y a la lucha ante la alianza entre el patriarcado y el capitalismo que nos quiere dóciles, sumisas y calladas”. Donde son sumisas y calladas es en los países islámicos ¿Por qué no ponen esto en las pancartas, en vez de “El futuro es feminista”. Si ustedes no les dicen nada, es futuro será islamista. Entonces van a saber lo que vale un peine ya que, entre otras cosas, en muchos de estos países la mujer no tiene derecho ni a la herencia.

Evidentemente, las personas participantes en este día no se refirieron en ningún momento a ninguno de los países antes mencionados, en los que las mujeres pintan menos que la blanca doble. Tampoco tales participantes invitaron a las mujeres islámicas que viven aquí en España a participar en la “marcha”.

Los planteamientos que hacen estas personas “internacionalistas”, son pura demagogia, puro populismo, pura logomaquia y pura ignorancia, y con algún que otro calambur. No admiten, así son de cerradas, que las diferencias entre un hombre y una mujer son de carácter genético, biológico y anatómico. Sin embargo, sí admiten a pies juntillas que tales diferencias son debidas a una “construcción social”. Simone de Beauvoir, aparece otra vez, aunque muchas de dichas internacionalistas son sepan quién fue esta individua.

La atracción que un hombre siente por una mujer, y viceversa, es un asunto genético con el fin de la procreación. “Creced y  multiplicaos”, es el mandato divino, cosa esta que no pueden hacer otros “colectivos”.

Pero claro, con este asunto del género (habrá que hablar también de la “génera”, oiga), defendido a capa y espada por las feministas-machistas-internacionalistas, valga la expresión, la cosa cambia. Y cambia en un sentido total y absurdamente opuesto.

Y decimos esto porque para estas “internacionalistas”, el asunto genético no existe. La tal atracción, según estas machistas-hembristas del género y la “génera”, se debe a un prejuicio social por habernos educado con valores y enseñanzas del patriarcado. Es decir, que si un caballo, un perro, un elefante, un “balleno”, un “marmoto”, un “pantero”, un “águilo”, un “avestruzo”, así como una “cocodrila”, una “ratona”, “una jilguera”, una “gorriona”, una “sapa” o una “elefanta”, sienten ese atractivo sexual por el sexo opuesto, es porque fueron educados en los valores patriarcales.

Conclusión: cuando la Naturaleza demuestra y no admite ni encaja esta interpretación “progre” de lo que es la atracción sexual, porque choca con la ideología de género y de “génera”, es que dicha naturaleza está equivocada. Es decir, fanatismo en vez de razón.

Continuará.



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