Ya hemos comentado varias veces
en este blog, que nos ha tocado vivir “tiempos difíciles”, parafraseando el
título de la novela de Charles Dickens, novela en la que nos cuenta el autor el
acontecer de la Inglaterra de la segunda mitad del siglo X I X. Nos estamos
refiriendo al terreno resbaladizo que plantean a todas horas los “mass-media”
en general, con muy pocas excepciones.
Tal parece que la crítica real,
moderada, justa y constructiva, ha desaparecido del mapa, siendo sustituida por
el insulto, la descalificación, la zafiedad y la chabacanería. Para esto y
otras cosas peores están los “periodistas críticos”, oiga, que dan bola a lo
que les dicta el panel del “agip-prop”, empleando adjetivos llamativos y
pomposos. Toda esta fauna campa por sus respetos dentro de los “muros de la
Patria mía” por mor de la telebasura y de esas redes sociales, en las que se
ven sujetos tarúpidos soltando
paparrucha tras paparrucha con una osadía propia del más valiente trabucaire.
Además, dichos “periodistas
críticos” escriben con una pedantería y un rencor propios de ideologías
decimonónicas y trasnochadas. Hay que controlar, controlar y controlar a la
audiencia y al “pueblo soberano”, oiga. Para eso está la “regeneración democrática”.
Así nos luce el pelo.
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