jueves, 1 de mayo de 2025

Las dos Repúblicas. ( C V )


 

En aquellos tiempos del “vínculo luminoso”, se habían creado muchos vientos que no trajeron más que tempestades. El gobierno de aquel entonces, compuesto mayoritariamente por sociatas, no manifestaba ni expresaba ningún interés por encauzar y encarrilar el ambiente y la situación en la que estaban inmersos millones de españoles.

Cuando en 1933 se disolvieron las Cortes, celebrándose elecciones en noviembre, el resultado fue un gran triunfo de partidos derechistas: 4 millones de votos, frente a dos de los opositores, alcanzando los vencedores a tener más de 200 diputados, con lo que obtuvo la mayor fuerza en el Parlamento. A partir de aquel momento, comienza una época importante, como fue el intento de encaminar a la República por caminos y vías de respeto y orden, amén de justicia, de moralidad, de legitimidad, de rectitud, etc. Como ya saben, tal intento fue un desastre, un infortunio y un naufragio.

Los sociatas y los “comuniatas” de aquel entonces, manifestaron rápidamente que no quería seguir las pautas y reglas democráticas, tomando la decisión de hacerse con el poder por la fuerza, empezando las subversiones, revoluciones, motines, asonadas, agitaciones, etc, en las calles.

En el mes de diciembre, tales motines y demás costaron la vida a 14 miembros y 60 heridos de las fuerzas públicas, ocasionando también varias muertes de los insurrectos. Ante tal situación, Manuel Azaña decía en un mitin en el cine Pardiñas:

“Es hora de abandonar la pura táctica de partido e incluso la táctica parlamentaria, que es de segundo orden en la situación actual”. Como pude deducirse, este sujeto manifiesta abiertamente su interés e intención de no querer adaptarse a las reglas, cánones, principios, normas, etc, de la democracia. Después, como ya saben, “paz, piedad y perdón”.

Los sociatas y “comuniatas” se entusiasmaron y  presumieron de sus ideas y razones, disponiéndose a la imposición de sus reglas, de sus normas, etc, a través de la fuerza, empezando el jaleo en 1934.

¡Menudo “vínculo luminoso”!

Continuará.



 

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