Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos algo sobre la Literatura Española en la Edad Contemporánea, empezando por lo que se llamó La Época Novísima (1780-1928). También veremos algo sobre la vida política de aquellos luctuosos años.
Como sabrán, la vida española estuvo llena de cosas amargas, como por ejemplo la invasión francesa, dando prueba de lo que en estos momentos no existe: coraje. Por este motivo obligó al invasor a repasar la frontera (1808-1814). Durante este período, en 1812, se publica la Constitución de Cádiz, que sería al primer paso y el primer triunfo de los simpatizantes y partidarios de las libertades políticas. En 1814 se vuelve al régimen absolutista, que trae como consecuencia deportaciones, conspiraciones, motines, etc. En 1820 triunfa nuevamente el régimen liberal.
En octubre de 1823 se introduce otra vez el régimen absolutista al amparo de los “cien mil hijos de San Luis” que le envía Francia al nefasto Fernando V I I. Un año después y bajo la regencia de María Cristina se publica el “Estatuto Real” que, obviamente, no satisface a los liberales.
Por otra parte, la guerra carlista dura nada más y nada menos que seis años: 1833-1839. Después de estos períodos, verdaderamente anárquicos y conflictivos, la reina abdica y se proclama nuevamente la Constitución de 1812. No obstante, siguen las conspiraciones y motines hasta que, derrotado Espartero, se declara “mayor de edad” a Isabel I I.
Posteriormente, en 1854, tiene lugar la Revolución con O’Donnell y la Unión Liberal de 1856. Desde esta fecha hasta 1868 se disputan el poder los moderados y los unionistas, estallando la nueva Revolución de 1868, quedando destronada la mentada Isabel I I, empezando de nuevo la guerra carlista, ocupando el trono Amadeo de Saboya.
En 1873-74 se proclama la República y, curiosamente, en diciembre de este último año Martínez Campos proclama rey a Alfonso X I I.
Todo este tipo de conflictos, que afectaron no solamente a España sino a casi toda Europa, influyeron en la literatura, cuya característica principal en el viejo continente fue una nueva concepción de la vida, oponiéndose a los clásicos, a la vez que se empezaban a crear nuevos moldes y tipos que mejor se adaptasen al “modus vivendi” de la nueva sociedad.
Estos cambios, que prácticamente aparecieron a la vez en casi todos los estados de Europa, dan lugar en el mundo literario al “romanticismo”, que se manifiesta principalmente por “la falta de certeza en los dogmas artísticos hasta entonces respetados, por la negación de todo sistema, por la incertidumbre sobre lo sancionado, por la apología del propio arbitrio y del individualismo artístico, por el reconocimiento de la personalidad en el terreno de la Estética”
Los políticos y literatos de aquella época se pusieron en contacto con románticos franceses, ingleses y alemanes, como Lamartine, Víctor Hugo, Byron, Scheller, Walter Scott, Schiller, Goethe, etc.
En la próxima entrega veremos algo sobre los romances del Duque de Ribas.
Continuará.
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