miércoles, 19 de julio de 2017

Ya tenemos pena de muerte


Como hay que "recuperar la memoria histórica", vamos a ello.

Como ya saben, el atornillado patrón del "Bribón", sancionó la nueva ley del aborto el día 3 de marzo de 2010, eufemísticamente llamada Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del embarazo, que servirá para condenar a muerte a miles y miles, quizá millones, de seres humanos en esta España nuestra. La ley entró en vigor cuatro meses, es decir, en julio de dicho año 2010. Pinchen en el siguiente enlace y lo verán:


http://www.boe.es/boe/dias/2010/03/04/pdfs/BOE-A-2010-3514.pdf

Como ya se sabe, esta ley permite que en un plazo de 14 semanas las adolescentes puedan abortar libremente “sin interferencias de terceros”

Dice el texto: "Juan Carlos I Rey de España a todos los que la presente vieren y entendieren. Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica... Por tanto, mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley orgánica. Madrid, 3 de marzo de 2010".

Queremos decir a este patrón del "Bribón" que seremos muchos millones de españoles los que no le vamos a obedecer. Además, ¿qué palabra es esa de “mando”? Lo de “mando y ordeno” creemos que son palabras propias de dictaduras.

Por otra parte, por mucho “mando” que este tipo tenga, no podrá “mandar” en nuestros principios y convicciones éticas y morales (que pensábamos que eran iguales a las suyas), principios y convicciones que no estamos dispuestos a tirar por la borda porque usted firme y “mande”. Nosotros obedecemos a Dios antes que a los hombres, "patrón".

Como nunca ha habido leyes que impidiesen pensar y hablar libremente, diremos a este patrón  ¿sanciona usted leyes sin asumir ninguna responsabilidad? ¿No se da cuenta que muchas personas podrán ir a la cárcel? Supongamos que una adolescente va a abortar y que el médico, por mor a esas convicciones, no la atiende. Si se aplica la ley sancionada por su graciosa majestad, ese médico irá a prisión.

Además de todo esto, si el rey no dice nada, porque no opina o no presiona y no se responsabiliza de lo que firma, ¿qué objeto o utilidad tiene el mantener esta institución?

Ahora pasemos a otro asunto. ¿Qué dice la Iglesia al respecto? Aquí sí que “con la Iglesia hemos topado”. Sí pero no, o no pero sí, según convenga. Es decir: hay que excomulgar a José Bono, pero al rey no. Al primero se le niega la comunión y al segundo no. Dicen los obispos que la sanción de la ley por parte del rey es “un acto único y distinto del de los diputados, dando su voto. Son causas diversas y merecen consideraciones diferentes”. El portavoz de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, dijo que "no es necesaria una exhortación especial para el monarca".

Estas palabras son una auténtica logomaquia, o dicho en román paladino, echar balones fuera y escurrir el bulto.

Ahora fíjense en las siguientes palabras. Dicen los obispos que la ley consagra “un crimen”, y se alegran y congratulan de que “cada vez haya más conciencia social” en contra del aborto porque, siguen diciendo, “en una sociedad civilizada el aborto es un crimen que clama al cielo”. Y prosiguen pidiendo que “la conciencia ciudadana sea la que exija la abolición de esta ley cuanto antes”.

Y para más INRI, este ínclito e inefable portavoz episcopal remacha diciendo que la Iglesia Católica condena el pecado pero no al pecador. (???????????????????)

¿Estaremos ante un caso de hipocresía y de doble moral?. Si es así, apaga y vámonos.


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