domingo, 9 de octubre de 2016

El “bipartito” de Oviedo y el bable ( y I I )



Estamos viendo constantemente, tanto en la prensa digital como en la impresa, personas que escriben en bable. Lo primero que habría que preguntarse es qué tipo de bable es el que usan. Y decimos tipo porque hay muchas clases de bable, lo que hace que esta lengua vernácula no tenga ni gramática, ni sintaxis ni reglas morfológicas ni ortográficas.

Supongamos la palabra castellana “borracho”. En bable se diría “borrachu”. Sin embargo, en el concejo de Aller se diría “borrechu”, y en la parte más alta de dicho concejo, se diría “borritchu”. En este mismo concejo, y sólo en éste, cuando, por ejemplo, repican las campanas o llaman a alguien por teléfono, dicen que las campanas “repicoren”, o que te “llamoren” por teléfono.


Dice nuestro insigne Gaspar Melchor de Jovellanos en la página 153 de su obra “Cartas del viaje de Asturias. Cartas a Ponz”, KRK Ediciones, Oviedo 2003, Talleres de Grafinsa, 170 páginas, lo siguiente:

"Digo también, para entrar cuanto antes en materia, que el dialecto asturiano es hijo legítimo de la sola lengua latina, no porque no tenga absolutamente voz que no derive de ella, sino porque la mayor parte de sus voces tienen allí su raíz y porque su índole y carácter se conforma enteramente con los de esa lengua matriz”.

Aunque sea un gran atrevimiento por nuestra parte, permítasenos disentir de Jovellanos en esta apreciación. Pongamos un ejemplo: el verbo “ir” en bable se dice “dir”. Así se dice “diremos”, “diba”, etc. Pero resulta que la etimología latina de dicho verbo es “ire”. Entonces, ¿de dónde sale la “d”? Pues sencillamente de las frases “has de ir”, “acuérdate de ir”, etc , que traen como consecuencia la supresión de la “e”, uniendo la “d” con “ir”. (Esto ya lo hemos comentado en el anterior artículo).

Ahora veremos otra cosa curiosa: la palabra “gaxapu” que, como es sabido, es un recipiente generalmente de cuerno que usan los segadores para guardar la piedra de afilar. La palabra viene del castellano gachapo, pero no tiene etimología latina. Además, y según los sitios, se le llama de distinta manera: “zapicu”, “gachapu”, “goxopu”, “gexepu” ¿Hay alguna norma morfológica o sintáctica que explique es cambio de la “ch” por la “x”? Suponiendo que la hubiera, ¿por qué entonces se emplea la “x” cuando se dice “xente” por gente? La etimología latina de esta palabra es gens, gentis. No hay “x” por ninguna parte.

¿Y qué me dicen la palabra “buyetes”, o “guyetes”, que significa los cordones de unos zapatos o de unas botas?.

Y ahora una pregunta: ¿por qué los grandes escritores asturianos, como por ejemplo el mencionado Jovellanos, o Leopoldo Alas, entre otros, no escribieron sus obras en bable? ¿Qué hubiese pasado si “Clarín” hubiese escrito La Regenta en bable? ¿Sería tan popular? Seguro que la hubiese leído muchísima menos gente. La escribió en castellano porque sencillamente era la lengua que hablaba, con la que pensaba y sentía, aunque tenía y mostraba interés por el bable, pero se daba cuenta de las dificultades de llegar a una verdadera y auténtica literatura en este dialecto. Dentro de este dialecto distinguía dos clases: a) “bable que efectivamente hablan nuestros aldeanos”, y b) y otro al que denomina “ideal, estático y academicista”. En relación con éste, decía:

“Empeñarse en cristalizar el bable en formas académicas para evitar su corrupción es como fabricar el queso de Cabrales y prescindir de los gusanos”.

Pero claro, todo esto a los del “bipartito” les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos.


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