domingo, 4 de noviembre de 2018

La que se armaría



Ya hemos escrito varias veces sobre el ninguneado George Orwell. En su obra “Rebelión en la granja”, Ediciones Destino, Barcelona 1988, 187 páginas, se lee en el Prólogo:


“La palabra vieja subraya el hecho de que la libertad intelectual es una tradición profundamente arraigada sin la cual nuestra cultura occidental dudosamente podría existir. Muchos intelectuales han dado la espalda a esta tradición, aceptando el principio de que una obra deberá ser publicada o prohibida, loada o condenada, no por sus méritos sino según su oportunidad ideológica o política. Y otros, que no comparten este punto de vista, lo aceptan, sin embargo, por cobardía. Un buen ejemplo de esto lo constituye el fracaso de muchos pacifistas incapaces de elevar sus voces contra el militarismo ruso. De acuerdo con estos pacifistas, toda violencia debe ser condenada, y ellos mismos no han vacilado en pedir una paz negociada en los más duros momentos de la guerra. Pero, ¿cuándo han declarado que la guerra también es censurable aunque la haga el Ejército Rojo? Aparentemente, los rusos tienen todo su derecho a defenderse, mientras nosotros, si lo hacemos, caemos en pecado mortal. Esta contradicción sólo puede explicarse por la cobardía de una gran parte de los intelectuales ingleses cuyo patriotismo, al parecer, está más orientado hacia la URSS que hacia la Gran Bretaña”. 

Dicho esto, y como recordarán, en su día Azerbayán y Armenia, a la sazón componentes de la desaparecida URSS, se enfrentaron por diversos problemas que condujeron a una guerra civil. Moscú envió el ejército para “establecer la paz”. Azerbayán amenazaba a la URSS con declararse independiente. Para ello realiza actos terroristas, disturbios, bloqueos, asaltos, etc, etc. Todo ello se acaba ante la presencia del ejército soviético. Es decir, el  “diálogo” ante separatistas e independentistas, se consigue por medio del envío de tropas.

Como recordarán asimismo, la prensa de lo políticamente correcto no dijo ni “mu” en su día sobre este asunto ¿Se imaginan la que se armaría si otro ejército realizase la misma misión que la del soviético para resolver los mismos problemas? El que quiera entender que entienda. Nos tememos que la incongruencia de la que habla Orwell quedaría puesta de manifiesto.

Hay que recuperar la "memoria histórica", oiga.





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