En este mes de noviembre se cumplen 29 años de la caída del muro de Berlín, mejor dicho, de su derrumbe, con el que comenzaba también el derrumbe del comunismo y de la URSS.
Este muro no sólo dividía a Alemania, sino que significaba la existencia de dos antagonistas irreconciliables. Como ya saben, la Alemania del Este estaba bajo la égida de la URSS, con un sistema totalitario y dictatorial, mientras que la del Oeste era libre y democrática, en la que los EE.UU. tenía su peso.
Estos dos bloques, amparados por la OTAN y el Pacto de Varsovia, tenían un enfrentamiento en todos los órdenes, destacando principalmente la “lucha” por la carrera armamentística y por la nuclear, hasta la espacial. Pero había una diferencia: los billones y billones que se gastaron en todo esto ambos bloques, no influyeron para nada en la vida de las personas del mundo occidental, mientras que en la URSS la gente pasaba hambre, dejando un lastre cuando desapareció de 145 millones pobres.
Como también recordarán, dicho muro, que había sido construido en 1961, tenía varios nombres, según el bloque: para el mundo comunista era el “Muro de protección antifascista”, mientras que para el mundo libre era el “Muro de la vergüenza”. Nosotros le agregaríamos otro nombre: “El muro del asesinato”, ya que las personas que intentaban saltar dicho muro para pasar de la Alemania comunista a la libre, eran vilmente asesinados por los guardias rojos.
El motivo de tal caída se produjo por las ansias de libertad de las personas que vivían en la URSS, y por las reformas de Mijail Gorbachov con sus famosas “perestroika” y “glásnot”.
Hubo también otro acontecimiento, como también recordarán, que fue un poco precursor de lo que iba a suceder: la apertura en Hungría de fronteras, hecho que tuvo lugar en junio de ese mismo año 1989. A partir de ese momento, los antiguos satélites de la URSS, tales como las citadas Hungría y Alemania del Este, y posteriormente Bulgaria, Rumania, Checolovaquia, Yugoslavia y Albania, seguirían sus propios derroteros librándose del bozal, del grillete y de la bota de la citada URSS.
La reunificación alemana se produjo un año después: el 3 de octubre de 1990 era proclamada dicha reunificación. Triunfó la libertad y se izó la bandera negra, roja y amarilla de Alemania, a la vez que se cantaba el himno nacional.
A pesar de todo esto y de otras muchas cosas, aún andan por ahí sujetos añorando el comunismo. Que se lo pregunten a los tipos de “Podemos”, que tal parece que no se han enterado del derrumbe de la URSS.
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