El “catarro” político

Este desnortado e híbrido desgobierno que tenemos, crea normas, reglamentos, órdenes, e incluso leyes, etc, etc, y a los cuatro días aparecen correcciones, enmiendas, rectificaciones, retoques, cambios de criterio, para “enjuiciar” lo dicho en anteriores ocasiones. Todo esto se produce en el asunto de la Educación, y en otros temas.




La ministra María Isabel Celaá Diéguez rectifica y rectifica, por ejemplo, el permitir la “flexibilidad” de 20 alumnos por clase, a la vez que volvió a rectificar sobre el uso de las mascarillas en los colegios, todo ello debido a la presión de las “Autonomías”, oiga, ya que, entre otras cosas, el motivo de tal presión es la diferencia de medios entre la enseñanza pública y la privada, pues la primera, y durante el tiempo que estamos viviendo de confinamiento, no pudo, ni puede, ofrecer la enseñanza “on line”, aunque los deberes que se mandaban a los educandos, lo hacían, y hacen, a través del teléfono móvil de sus padres, ya que no hay ordenadores, tablets, etc. Sin comentarios.


Lo malo del asunto es que este desgobierno, con el curso escolar prácticamente terminado y con el aún no desaparecido coronavirus, sigue con sus incertidumbres sin tomar las medidas oportunas para toda España. Con el metro y medio de separación y las mascarillas, está todo solucionado.


De crear un sistema educativo que cuente con el beneplácito de todos los partidos políticos, caca de la vaca flaca. Y así llegamos a donde llegamos: según informa PISA (“Programme for International Student”, “Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), España ocupa los puestos más bajos sobre educación.


En fin, se está jugueteando con el provenir de esta juventud escolar que, como ya saben, es de una ignorancia supina. Hoy hemos escuchado a un jovenzuelo pedante decir que el “catarro” político estaba muy agitado por culpa de los fascistas del PP y de VOX. Catarro por cotarro, oiga ¡Y pensar que esta gente vota!