Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos algo sobre Las cantigas de Santa María, de Alfonso X el sabio, así como las primera manifestaciones de la lírica castellana.
Estas cantigas son la mejor manifestación de la lírica gallega. Se conservan en cuatro códices: Toledo, dos de El Escorial y uno de Florencia. En total son 420 poesías líricas dedicadas a la Virgen María.
De dichas poesías, unas son puramente líricas. Otras son narrativas en las que se cuentan leyendas piadosas sobre la Virgen.
Alfonso X conocía perfectamente los metros de dicha lírica gallega. Emplea versos desde cuatro sílabas, hasta diecisiete. Por otra parte, la influencia de la literatura francesa en estas cantigas es notoria, ya que la mayoría de ellas son copias o imitaciones de las poesías en honor a la Virgen que hacía Gautier de Coincy, así como en las leyendas piadosas de Vincent de Beauvais.
Las primeras manifestaciones de la lírica castellana se encuentran en dos poemas anónimos de comienzos del siglo XIII, llamados Razón feita d’amor y Denuestos del agua y el vino.
El primero, al parecer, fue compuesto por un escolar anónimo, según se desprende dela misma composición: “un escolar, que siempre dueñas amó, más siempre ovo cryança”.
El segundo es una imitación de temas populares de la época.
A finales de ese mismo siglo XIII, aparece una composición parecida a esta última de “Denuestos . . .”, que se intitula Disputa del Clérigo y del Caballero
En la próxima entrega veremos someramente el origen del teatro, que se remonta nada menos que al siglo IX.
Continuará
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