domingo, 16 de febrero de 2014

Cuba: 55 años de privilegios, represión y engaños ( V I )




La Cuba “ecologista”

Como ya se sabe, los “ecologistas” del cambio climático alertan sobre el posible desastre ecológico de forma alarmista y efectista, sin ningún análisis objetivo y científico.

 El asunto es que responsabiliza, sin ninguna prueba contundente, al modo de vida occidental de este posible cambio climático que, dicho sea de paso, más que una preocupación es una ideología a la que se han apuntado los de la internacional de la mentira.

En esto del cambio climático, hay poca ciencia, pero sin embargo hay mucha gente “concienciada”, sobre todo por los ecologistas que ya sabemos a quién sirven. Recordemos lo que decía el ínclito Llamazares sobre la Europa ecológica, en la que si no se tomaban medidas, “devorar un pueblo, recursos naturales y esperanzas”, estarían a la vuelta de la esquina. Pero, claro, nadie habla de los desastres ecológicos en el mundo comunista. El caso es desprestigiar al “capitalismo” sea como sea.

Demos un repaso al “modelo referencial” del ínclito Llamazares, es decir, Cuba, y veamos cómo está la situación de aquel hermoso país desde que cayó en las garras de “Manguito”

El desastre ecológico ha sido provocado por la Revolución por el uso indebido e irracional de todos los recursos naturales de aquella bella tierra.

De las tres mil plantas autóctonas que tenía Cuba no hace muchos años, han comenzado a desaparecer como consecuencia de la tala excesiva e indiscriminada. Todo ello promovido por el desarrollismo de una ideología revolucionaria fracasada y caprichosa, que pretendía transformar una economía agrícola.  En las sierras de Escambray, Maestra, Rosario, Sagua-Baracoa había, hasta hace poco, grandes bosques con árboles que podían llegar hasta 35 m de alto y 3 m de diámetro. Estos árboles están desapareciendo por la cafetalización del país emprendida al comienzo de los años 60 y también por la aparición de la Ley 81 del Medio Ambiente, ley que autoriza las  licencias ambientales  para el “cultivo” y la “cosecha” de hoteles que sólo pueden disfrutar los extranjeros

En 1958 Cuba tenía el 43 % de su superficie compuesta por bosques naturales. Hoy día sólo el 9 %. Como consecuencia de este desastre, cientos de especies de animales han desaparecido, o están a punto de hacerlo. A pesar de esta brutal alteración de los ecosistemas naturales, el gobierno de  Manguito  aún no considera la situación como desastrosa. No le importa que animales como el almiquí, el manatí, la fermina, el gavilán, la tortuga Carey, la mariposa de alas transparentes, o los árboles como la acacia, la magnolia, etc, estén a punto de extinguirse. Baste decir que en el aserrío   de Melba se talan árboles para hacer muebles para la clase dirigente, como fue el caso de un cedro para hacer una mesa para Raúl Castro.

Con el derrumbe de la Unión Soviética, de la cual Cuba era subsidiaria, la población comenzó a abandonar las cooperativas estatales en busca de alimentos que sólo eran distribuidos en las ciudades. La economía agrícola se desmoronó y el Estado emprendió la gran aventura del turismo, con el consiguiente deterioro de los arrecifes de coral que, en condiciones normales, generan una gran diversidad de especies de peces e invertebrados. Tales serían los casos, por ejemplo, de las mojarras y los caballerotes (merluzas). A pesar de que los biólogos alertan sobre estos desastres, el gobierno de Cuba sigue adelante con su programa de construcción hotelera, que termina por enlodar los arrecifes al haber desaparecido también los  manglares, que son bosques protectores y que servían de refugio a infinidad de invertebrados, aves, peces, etc 

La destrucción de la red hidrológica, es otro problema. Con el supuesto aumento de la población que el gobierno pone como excusa, se están rellenando lagunas naturales y canalizando con exceso los ríos. Si a esto agregamos la desecación de humedales naturales, la fumigación y el uso de pesticidas que el gobierno viene aplicando desde hace más de 50 años, tendremos un panorama ecológico desolador. En ríos tan importantes como el Canímar, el Cauto o el Almendrares, no era raro ver algunas especies marinas que hacían sus incursiones río adentro, como era el caso de tiburones pequeños y barracudas. Esto hoy tampoco existe.

Hacia finales de los años 60 se creó la EMPROVA (Empresa para la Producción de Productos Varios) que se dedicó a explotar aves, reptiles, moluscos, insectos, etc, que se llevaban a los centros de distribución llamados  Faunicuba. Esta distribución consistía en vender dichas especies o regalarlas a los admiradores y aduladores de la Revolución.

A principios de los años 80 aún quedaban en las bahías de Cuba, principalmente en la de Cárdenas, miles y miles de millones de diminutos peces fosforescentes que emitían su luz, constituyendo un espectáculo digno de ver. Todo esto también desapareció por un decreto estatal: la Bahía de Cárdenas se convirtió en el fregadero de los buques rusos que transportaban el petróleo para Cuba. Las aguas cristalinas y azules se volvieron del color negro del petróleo y los microorganismos desaparecieron.

Vean en el siguiente vídeo las torturas de Fidel Castro, negadas por este cínico, sádico y criminal personaje.


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