Vamos a dedicar unas entregas a escritos de Onésimo Redondo que, como José Antonio Primo de Rivera, es otro de los grandes desconocidos del período de la I I Repúlica española.
En el libro “Textos de doctrina política. Obras completas de Onésimo Redondo, Edición cronológica”, publicado en 1954 por la Dirección General de Información, Publicaciones Españolas, 489 páginas, dentro del capítulo intitulado “La revolución social”, página 25, se lee:
“Debemos acorralar con un genuino movimiento revolucionario todas las formas de usura, incluso esa moderna que consiste en pagar al labrador por sus productos un mínimo bastante para que no muera y siga trabajando, pero insuficiente para que sostenga decorosamente s los hijos que da a la Patria y condenado a no mudar nunca de suerte. El campo debe echarse encima de los acaparadores que hacen grandes fortunas con sólo estudiar sobre la mesa del café el modo de tiranizar a los productores con la especulación: de los azucareros que ganan el 100 por 100 y zurcen el rostro del remolachero con desprecios humanos . . .; de los ‘truts’ que gravitan con sus tarifas implacables sobre las rentas, cada vez más escuálidas, de los consumidores no acogidos a monopolio alguno.
Hay que redimir, en fin, al que trabaja y revolver violentamente si es preciso, como lo será, a la burguesía encasillada en sus numerosos feudos económicos.
Pedimos, pues, la revolución social para que todo hombre apto encuentre trabajo dignamente remunerado y para que nadie se vea privado de la posibilidad cierta de elevar su condición según sus méritos y para que el campo – que es España – sacuda las cadenas de la hegemonía burguesa”
El que quiera entender, que entienda
Continuará
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