Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos la prosa castellana primitiva, que se manifestó en tiempos del reinado de San Fernando (1217-1233).
Las primeras manifestaciones de esta prosa pueden resumirse en tres grupos: histórico, novelesco y doctrinal.
Dentro del primer grupo destacan Lucas de Tuy y Jiménez de Rada. El primero fue obispo de Tuy y escribió una historia universal en latín intitulada Chronicon Mundi, en la que se narran cosas de hebreos, griegos, romanos, suevos y godos. También se relata la invasión musulmana hasta 1236, fecha en la que San Fernando conquistó Córdoba.
Jiménez de Rada (1170-1247) tuvo mucha influencia en la corte de Alfonso VIII. Fue el principal impulsor de la cruzada frente al Islam, que culminó con la victoria en las Navas de Tolosa en julio de 1212 y que supuso el comienzo del declive musulmán, así como también el inicio de la fase final de la Reconquista.
Fue obispo de Osuna y arzobispo de Toledo. Sus obras más importantes son Compendio de Historia Eclesiástica, Historia Gothica y la Historia Arabum. La Historia Gothica fue traducida al castellano bajo el nombre de Estoria de los godos, en donde se comenta y se habla de los primeros pobladores de la península, así como de la dominación romana y de la invasión árabe, del islamismo, de los aspectos del Califato y de los reinos Taifas en España.
El grupo novelesco empieza con una colección de cuentos escritos en latín que se intitula Disciplina Clericalis, traducida posteriormente al castellano. Cabe mencionar que, otra de las fuentes de esta literatura novelesca es Calila e Dimna, que era una colección de fábulas indias que fueron traducidas al árabe y luego al castellano.
Otra colección de cuentos, de procedencia aria, es Sendebar, que fue traducida al castellano al principio del reinado de Alfonso X bajo el título de Libro de los engaños et los assayamientos de las mujeres.
Vamos a insertar un párrafo de Calila e Dimna:
“Dijo Dymna:’Dicen que había en un piélago tres truchas, é la una avía nombre Envisa, é la otra Delibre é la otra Perezosa: é era aquel piélago muy apartado que ninguno non lo sabía. Et acaesció que pasaron por ende un dia tres pescadores, et acordaron de tornar a ellas a echar allí sus redes, é las truchas viéronlos: así que la Envisa sospechó é ovo grant miedo, et trabajóse de usar de su envisidat, et salió del piélago por un logar por donde entraba el agua del rio al piélago. E stovieron la Delibre y la Perezosa en so logar fasta que se ellos se tornaron é echaron sus redes é las comenzaron de pescar. Et cuando la Delibre vió que habían cercado la entrada del piélago é entendió lo que querían facer, dijo en su corazón: non fice lo que debía, et esta es la cima del que non debe; ¿Cómo me libraré estando agora de esta guisa? Muy pocas veces estuerce por arte el que está en peligro de muerte . . .”
La fábula sigue comentado que la trucha Delibre se hizo la muerta, con lo que se libró de ser pescada, mientras que la Perezosa iba tranquilamente en todas dirección, hasta que fue capturada.
En la próxima entrega veremos el tercer grupo, es decir, el doctrinal.
Continuará
No hay comentarios:
Publicar un comentario