jueves, 22 de noviembre de 2012

A vueltas con Carrillo



Ya hemos escrito varias veces sobre este mentiroso, cínico cruel y sanguinario personaje.

Volvemos otra vez porque hemos leído en el diario La Nueva España, de fecha 21 de noviembre de este año, cosas relativas sobre este a este sujeto.

Al parecer, y según se lee en dicho periódico, ha escrito un libro intitulado “Mi testamento político”, que viene a ser como sus memorias, según se lee.

Situándose en la fecha del 8 de noviembre de 1936, dice el diario que al día siguiente, Carrillo recuerda que el cónsul de Noruega – “que más tarde supimos que era un agente nazi estrechamente relacionado con la quinta columna”- le visitó para denunciar que los presos habían sido asesinados, con otros evacuados días antes. “Casi caigo en estado de coma. No podía comprender lo que había sucedido. Llamé a Cazorla, que  no sabía nada; él se había retirado a dormir cuando salieron los autobuses”, relata el ex secretario del PCE. (Por lo que se ve tampoco cayó en estado de coma cuando decía “Cada es mayor mi amor por el gran Stalin” o, cuando en plena república, exclamaba en un mitin “¡Muera el gobierno, muera  la burgeusía!”).

Lo que no dice es que el cónsul de Noruega, D. Félix Schlayer, escribió un libro intitulado “Matanzas en el Madrid republicano”, editorial Áltera, 2.006, del que ya se llevan un montón de ediciones.

Félix Schlayer era cónsul de Noruega en Madrid, en la época en que esta ciudad estaba dominada por el terror rojo. Salvó a cientos de personas jugándose su propia vida y fue el primero que contó el horror de las persecuciones, de los asesinatos masivos, del terror y torturas que se practicaba en las checas. Fue también el primero que descubrió la matanza de Paracuellos de Jarama: 5.000 persona asesinadas a sangre fría, probando la implicación directa de Santiago Carrillo en la mencionada masacre.

A tal efecto, en la página 141 se puede leer los titulares de un periódico francés que decía lo siguiente: “L’avion de l’ambassade de France en Madrid a bien été abattu par les rouges”. (“El avión de la embajada de Francia en Madrid fue derribado por los rojos”). El motivo del derribo del citado avión, un Potez-54, era que llevaba documentación relativa a las matanzas de Paracuellos a la Sociedad de Naciones en Ginebra. Ni qué decir tiene que la prensa republicana había echado la culpa del derribo a la aviación de Franco. “Política”, el órgano de prensa de Izquierda Republicana, decía que había sido atacado, “por un caza faccioso”. Por otra parte “La Voz” comentaba que “el avión ha sido ametrallado por los trimotores fascistas”. Como de costumbre, mentiras y más mentiras.

Por otra parte, existe un libro, “Carrillo miente. 156 documentos contra 103 falsedades”, autor Ricardo de la Cierva, editorial FÉNIX, 1.994, 515 páginas, que es una respuesta, debidamente documentada, a unas memorias escritas por el asesino de Paracuellos totalmente falsas, provocativas y mendaces.

Todos los capítulos de la obra son interesantes, pero destacaríamos “El discípulo de Lenin”, “El submarino comunista”, “La sombra de Stalin”, “El responsable de Paracuellos” y “Un camino jalonado de cadáveres” (Jorge Semprún).

En las Memorias de Carrillo, no concreta citas, como tampoco hace consultas de obras fundamentales. Como diría un pedante fámulo del marxismo, “no cuida sus fuentes”. Las incursiones históricas que  hace, “se trazan desde la pereza y la desidia” (página 44). Y cuando cita una obra como fuente, nunca dice la página. Aparte de todo esto, cuando habla de la República, lo hace con errores y deformaciones. Tal es el caso que se expone en la “Falsedad 13” cuando dice que “el general Berenguer, que el 13 de abril declaró que España se había acostado monárquica y levantado republicana”. Sin embargo, en otra parte dice que el almirante Aznar, jefe del último gobierno de la Monarquía, fue el autor de esta frase. En realidad fue este último quien la pronunció. Sin comentarios.

Transcribimos textualmente lo que se dice en las páginas 50 y 51, por poner un ejemplo:

“FALSEDAD 16

El anticlericalismo, el odio a los curas, era en la España de entonces la respuesta a una Iglesia identificada tradicionalmente con los poderes y las castas más reaccionarias.

De un plumazo ignora Santiago Carrillo la ejecutoria de la Iglesia española a favor de los pobres, sus siglos de asistencia y beneficencia al servicio de los pobres y marginados. Para él no existen estos ejemplos tomados al azar.

DOCUMENTO 15

Los Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasalianos) tras un siglo de actividad en España a partir de 1.878, ‘han dedicado su generosidad a chicos normales, subnormales y delincuentes; a niños, jóvenes, universitarios y adultos (de uno y de otro sexo) en cada nivel; a seises, monaguillos, estudios de seminarios, escuelas misioneras, un Instituto superior pontificio’.

Y esta fecundísima labor, dirigida en gran parte a los pobres, estaba en plena floración en 1.931, cuando la República se empeñó en truncarla. Y luego el 28 de julio de 1.936, diez Hermanos de las Escuelas Cristianas fueron vilmente asesinados tras su captura en el colegio de Griñón, por el delito de haber servido a las clases humildes”.

Nosotros añadiremos, aunque no tenga nada que ver con el libro que estamos comentando, que ya en la revolución de 1.934, este odio clerical, fomentado y atizado precisamente por los comunistas de Carrillo, se desató en España. Y concretamente en Asturias con el asesinato de ocho Hermanos de las Escuelas Cristianas y un sacerdote Pasionista, en la región minera de Turón (Mieres), localidad en la que estaba nuestra madre de maestra. Por allí circulaban puño en alto diciendo: “Un, dos tres, no queremos curas en San Andrés”, o el no menos significativo “Un, dos, tres, cuatro, cinco, no queremos catecismo”.

Por otra parte, también existe otro libro intitulado  “Paracuellos-Katyn. Un ensayo sobre el genocidio de la izquierda”, autor César Vidal, editada por Libros Libres, S.L., 2005, 419 páginas.

Nos narra César  el exterminio que tuvo lugar en el pasado siglo XX por razones religiosas, raciales o políticas. No solamente Hitler perpetró crímenes contra la Humanidad, sino que el comunismo internacional los perpetró en muchísima más cantidad como “fase indispensable para la implantación de la dictadura del proletariado”. Los cometidos en Paracuellos y Katyn son un paradigma, con enterramientos en fosas includos.

 El libro está perfectamente documentado, ya que sus fuentes van desde las diplomáticas, hasta los archivos de la derrumbada URSS.

 Una obra indispensable para ver la actuación de las izquierdas en la Guerra Civil Española, sin mitos y sin ocultaciones, con Santiago Carrillo como responsable de tales crímenes.

 Como decimos siempre, recomendamos estos libros a los de “la memoria histórica”. También la recomendamos a algún que otro intelectualillo marxista de vía estrecha, pedante infumable que, como la pulga, no mata, pero hace todo el daño que puede. Sobre todo con la pluma. 

Como es sabido el “honoriscausado”, u "horroriscausado", e Hijo Predilecto de Gijón, de todo esto no comenta nada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog