Grande y espléndida hasido la herencia que nos ha dejado aquel palurdo, gran timonel él, que durante ocho años ha habitado en la Moncloa, y contra el que no se han pedido responsabilidades de ningún tipo.
Aparte de la herencia económica, quizá la peor que ha dejado este sujeto es la división de nuestra patria porque, no nos engañemos, el cuento de la “Memoria histórica” no busca otra cosa que el enfrentamiento de las dos Españas, por mucho que nos quieran vender lo de la reconciliación.
Como ya hemos escrito no hace mucho, la memoria es individual y personal, de tal forma, que cuando alguien escribe “sus” memorias, no va a ser nada objetivo y nos va a contar lo que esa persona quiere.
Esta gente no quiere darse cuenta, por ignorancia o mala fe, que la historia es un asunto colectivo y que, por tanto, lo que hay que narrar son los hechos, hechos que son los verdaderos protagonistas y no las personas aisladas.
Sin embargo, con el manido asunto de la “Memoria histórica”, lo que se está haciendo es precisamente esto: mezclar los hechos con las personas con el único objeto de tergiversar la verdadera Historia y engañar al “pueblo soberano”.
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