jueves, 15 de diciembre de 2011

La Ópera ( I V )


GIUSEPPE VERDI Y RICHARD WAGNER
     
La figura más prominente de la ópera italiana moderna es, sin embargo, GIUSEPPE VERDI (1813-1901). Su primera ópera, OBERTO (1839), gustó tanto al empresario de la Scala de Milán que le encargó que escribiera otras tres. Sin embargo, no se admira hoy a VERDI por esas obras, sino por sus creaciones posteriores. RIGOLETTO (1851), IL TROVATORE (1853) y LA TRAVIATA (1853) le dieron fama universal. En 1871 hizo época la representación de AIDA - encargada por el Jedive de Egipto y suntuosamente escenificada con elefantes vivos - tanto por las circunstancias de su estreno en El Cairo como por la belleza de su música. AIDA, OTELO y FALSTAFF (1893) revelan la influencia de WAGNER en el terreno orquestal.

    
 Entre los grandes reformadores musicales resalta RICHARD WAGNER (1813-83) en el campo de la ópera y del drama musical merced a su extraordinario genio musical, su talento literario y sus conocimientos escénicos. Para sus libretos acudió a la mitología y folklore germanos. Los escribía él mismo para que cada fase de su obra fuera exactamente como la deseara. Incluso diseñó su propio coliseo, el famoso TEATRO DE LA ÓPERA DE BAYREUTH, donde estrenó PARSIFAL un año antes de su muerte.

    
 Fiel al principio de la verdad dramática, buscaba la total unidad entre las palabras, la acción y la música, si bien pensó que ésta debía subordinarse al drama. Según él, la ópera había de ser un continuo fluir musical desde el cantante a la orquesta y viceversa, de aquí que no haya arias en sus obras. Wagner compuso 13 producciones escénicas (óperas y dramas musicales), de las cuales aún se representan 11. Entre ellas destacan: TANNHÄUSER (1845); LOHENGRIN (1848); TRISTAN E ISEO (1859); EL ANILLO DEL NIBELUNGO, que comprende El oro del Rhin (1854), La Valkiria (1856), Sigfrido (1871) y El crepúsculo de los Dioses (1874), y finalmente PARSIFAL (1882).


GOUNOD, BIZET Y PUCCINI
    
 Contemporáneo de Wagner, GOUNOD (1818-93) compuso una de las más populares óperas francesas, FAUSTO, que satisfizo poco al estrenarse (1859), por lo que estuvo excluida en Paris del repertorio de la Ópera hasta después de triunfar centenares de veces en otros países. Entre las demás obras de GOUNOD la más conocida es ROMEO Y JULIETA.

    
 BIZET (1838-75) se hizo famoso por su CARMEN, escrita originalmente como "opére comique", con diálogo hablado y representada normalmente como gran ópera de recitativos. CARMEN fue la primera ópera francesa de estilo naturalista. Como ejemplos del posterior desarrollo de esta técnica "verista" pueden citarse CAVALLERIA RUSTICANA de Mascagni y PAGLIACCI (Payasos) de Leoncavallo.

    
 Las obras de PUCCINI (1858-1924) presentan un estilo muy similar a éstas. De ellas MADAME BUTTERFLY, LA BOHÊME y TOSCA siguen gozando de inmensa popularidad. La primera obtuvo escaso éxito hasta que le dieron súbitamente la fama en Nueva York los cantantes Caruso, Homer, Farrar y Scotti. En 1910 se estrenó en el Metropolitan Girl of the Golden West (La chica del Oeste Dorado), en la que actuaron el propio compositor como director de escena, Caruso como cantante y Toscanini como director de la orquesta. Sin embargo la obra no gustó al público tanto como las anteriores.


OTRAS ÓPERAS EUROPEAS

    
 Las obras de RICHARD STRAUSS han representado una tendencia realista, especialmente SALOMÉ y ELEKTRA, así como los valses de EL CABALLERO DE LA ROSA, que han alcanzado una celebridad casi tan grande como los de los otros Strauss. La primera ópera impresionista fue PELLEAS ET MELISANDE, de CLAUDE DEBUSSY, que presenta muchas analogías con las obras de Wagner.

     
Aunque Italia, Francia y Alemania son los tres paises donde la ópera alcanzó su máximo florecimiento, también otros han producido obras muy importantes. Ente ellas, LA NOVIA VENDIDA, del compositor checo SMETANA, cuya obertura es muy popular por figurar frecuentemente en conciertos. Las óperas rusas más conocidas son RUSSLAN Y LUDMILA, de GLINKA; EUGENIO ONEGUIN,  de TCHAIKOWSKI; EL PRÍNCIPE IGOR, de BORODIN; SADKO y EL GALLO DE ORO, de RIMSKI-KORSAKOV. En Rusia destaca por su realismo MUSSORGSKY, autor de FIESTA EN SOROCHINSK, KHVANTCHINA y BORIS GODUNOV, donde raya a la altura de los mejores compositores del siglo XIX.


Escuchen y vean a Luciano Pavarotti en "Bella figlia", de Rigoletto.


Luis David Bernaldo de Quirós Arias

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