La esclavitud

 

Como ya sabrán, en otros tiempos el esclavo llevaba cadenas, ataduras, grilletes, etc, amén de soportar azotes, flagelaciones, latigazos, etc, siendo a veces encerrado en jaulas, y comprado por otras personas. Hoy día hay muchos, muchas y “muches” que siguen siendo esclavos, aunque no lleven lo antes mentado. 

  El esclavo “modelno” lleva sobre sus hombros y sobre su cabeza una caterva de impuestos que le hace estar encerrado en casa como si fuese una jaula. Lo peor del asunto es que este esclavo “modelno” se encuentra controlado porque su mente, que sí que está enjaulada, no se da cuenta de esta circunstancia. El “pueblo soberano” así es, oiga.

El desgobierno saca gran tajada de parte del trabajo de todos, todas y “todes”, aunque hay algunos, algunas y “algunes” que no sufren tal tajada, por circunstancias políticas.

Muchos, muchas y “muches” desembolsan y donan un gran porcentaje del dinero que obtienen de su trabajo al desgobierno, sin querer saber nada de lo que se va a hacer con tal dinero.

Cualquier asunto en el que intervenga la economía, como pueda ser el trabajo, las compras, las ventas, etc, etc, está gravado con grandes impuestos ya sean directos o indirectos.

En fin, dicho esclavo “modelno” vive controlado y vigilado, sin que se entere, por el artilugio estatal que le habla y le habla de bienestar, de libertad, de “generación democrática”, de “viento en popa a toda vela”, de “España va bien”, igualdad de género, cambio climático, etc. Pero de la desastrosa situación económica, política y social en que estamos inmersos, caca de la vaca flaca.

¡Ah!, nos viene a la memoria la siguiente frase latina: “De parvis grandis acervus erit”, que se puede traducir por de las pequeñas cosas se alimentan, se nutren, se sostienen, etc, las cosas grandes. El que quiera entender que entienda.

¡Ah!, también nos viene a la memoria las declaraciones de un inmigrante que decía que no trabajaba porque no quería ser esclavo de nadie. Sin comentarios.