Es fácil, o de cobardes, el
reirse y ridiculizar a religiones cuyos fieles son inofensivos. Decimos esto
porque allá por el año 2.008, en pleno “zapaterato”, anduvo por Oviedo un
cómico italiano, mejor bufón, llamado Leo Bassi, presentando el “espectáculo” “La Revelación ”. También
anduvo por la Plaza
de la Escandalera
repartiendo “Meca-Cola”, un sucedáneo islámico de la Coca-Cola .
La especialidad de este
individuo era la sátira constante contra el cristianismo, sátira que sus inofensivos
fieles permiten. Si el blanco de su mofa
fuese el Islam, su integridad física se vería seriamente amenazada, por no
decir desaparecida. Las caricaturas de Mahoma en su día lo corroboran.
Esta cobardía intelectual,
por llamarlo de alguna manera, también se vio en el año 2007 cuando David Manet
presentó en Londres su “obra” Romance,
llena de expresiones anticristianas y también antisemitas. Cuando se le
preguntó el por qué de estas expresiones, contestó diciendo que solamente
trataba de reflejar el odio mutuo existente en aquellas tierras. Se le “olvidó”
decir que en aquellos lugares en tal odio y conflicto están incluidos los
musulmanes. Con este “olvido” evitó el injuriar y decir improperios contra la
mayor población de Oriente Medio. La cobardía y la miseria moral de este
“intelectual” quedaron aquí bien reflejadas.
Según están los tiempos,
parece que el desprecio a la propia cultura es un buen negocio para
“intelectuales” y “artistas” (no digamos nada ya si son los de la ceja). Es una
buena forma de obtener “prestigio” y dinero, oiga.
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