viernes, 24 de agosto de 2012

El comunista de Marinaleda ( I )



Todo el mundo habla de Sánchez Gordillo, alcalde comunista del pueblo sevillano de Marinaleda, y de sus atracos y asaltos. Sobre este asunto ya hemos comentado algo en este blog. La última noticia sobre el tema es que el sindicato socialista UGT, juntamente con el comunista CCOO, han celebrado una manifestación ante el ayuntamiento de Córdoba. Durante dicha manifestación, el representante cordobés de UGT ha declarado que los asaltos de Gordillo tienen “legitimidad total”, manifestando también que con estas medidas se quiere "evitar que sigan machacando fundamentalmente a la clase trabajadora”.  Vamos a ver como en la implosionada URSS, tan amada por Gordillo, se “machacaba a la clase trabajadora”, sobre todo a los campesinos.

Cuando en la antigua Unión Soviética se obligaba al campesinado a entregar sus tierras al Estado, los labradores recurrían a una especie de resistencia pasiva como era cultivar la tierra con lentitud y ocultar las cosechas. Esta actitud trajo como consecuencia que Rusia, de ser en otros tiempos una de las naciones que más cereales exportaba, pasase a ser, con la colectivización, uno de los países que más cereales importaba, especialmente de los EE.UU.

Son muchos los puntos flacos del comunismo pero, quizá, su tendón de Aquiles sea la planificación agrícola que trae como consecuencia el racionamiento, la escasez y el hambre. Estas realidades incuestionables hacen que resulte una farsa la afirmación de que el marxismo sea, entre otras cosas, un sistema económico que sirve para alcanzar el progreso o “el porvenir radiante de la humanidad”.

Las promesas del comunismo, perennemente incumplidas y aplazadas, aún siguen cautivando. Después de la II Guerra Mundial se crearon en la URSS los “planes quinquenales”. El primero de ellos, 1946-1950, prometía “crear una abundancia de artículos de consumo”, especialmente víveres.

Poco tiempo después, en 1953, el Comité Central del PCUS también prometió lo siguiente: “en los dos o tres años venideros, nuestro país tendrá abundancia de carne, leche, mantequilla, huevos y otros productos”. Más tarde, en 1957, se sigue alardeando. Por aquel entonces Kruschef decía que los soviéticos rebasarían a los EE.UU. en producción de comestibles: “¡Veremos quién come mejor!”, decía.

Las promesas seguían y seguían. En 1962, todavía seguía teniendo la cara dura de jactarse de que la agricultura de la URSS, esta vez para 1970, “dejaría atrás a la de EE.UU”. 

Como la agricultura no mejoraba después de tantos años de colectivización, a la Unión Soviética no le quedó más remedio que aprovisionarse en el mundo capitalista, ya que las colas seguían siendo largas: la calamidad agrícola continuaba.

Cuando empezó la forzosa colectivización el campesinado, desesperado, prefirió sacrificar el ganado antes que entregarlo al Estado. Prendieron fuego a cuadras y graneros y quemaron cosechas. También mataron a centenares de agentes del gobierno. La hambruna llegó a su punto más álgido en 1932-33 cuando los oprimidos agricultores sólo cultivaron lo imprescindible para su propio sustento.

En los años 1921-1922, época de Lenin, a quien el premio Nobel de Literatura Iván Alexéievich Bunin calificaba como “aquel imbécil moral congénito”, también se había sufrido otra hambruna gigantesca por los mismos motivos: requisas y embargos de trigo a los campesinos sin compensarles con nada a cambio. El estraperlo surgió inevitablemente, a lo que respondió el régimen con una represión brutal.

Bien es cierto que, mientras la hambruna stalinista no fue reconocida, la leninista sí lo fue: el propio Gorki formó una comisión de ayuda humanitaria y el futuro presidente de los EE.UU., Herbert Hoover, hacía campaña en su país para conseguir ayuda alimentaria para la Unión Soviética.

“En esta época, 1921, la serie de medidas políticas etiquetadas retrospectivamente Comunismo de Guerra se estaba abandonando en beneficio de la Nueva Política Económica (NEP), que legalizó el mercado negro que alimentaba a las ciudades, aunque no sin problemas. El resultado neto del Comunismo de Guerra fue la destrucción de la base industrial y la peor época de hambre que conoce la historia europea”. (“Koba el Temible”, Editorial Anagrama 2004, página 38).

Recomendamos al señor Gordillo y compañía, que vea el siguiente vídeo para ver si se les ocurre asaltar a la Junta de Andalucía por el derroche y despilfarro que se ven. Decirles también que, mientras Mercadona crea riqueza y puestos de trabajo, ellos lo pueden destruir con sus asaltos.

Aunque es un poco largo, recomendamos ver el siguiente vídeo de YouTube.

Continuará
Luis David Bernaldo de Quirós Arias

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog