Como ya es sabido, el cine español, subvencionado por la "Moncloaca", está perdiendo año tras año taquilla, con bajísimas cuotas de pantalla. La razón es bien sencilla: las películas de los multimillonarios Almodóvar ad company, no gustan al pueblo soberano.
Pero es igual. Esto no les importa, porque tienen sus emolumentos asegurados por la subvención antes mencionada, además de las cuotas de los cines que obliga a los empresarios de esta rama a poner en cartel un porcentaje de cine español, no importando que las salas sigan vacías semana tras semana.
Una de las causas, entre otras muchas, de este desastre del cine español, ha sido y es el amiguismo, y también el intervencionismo. Y decimos esto del intervencionismo porque el pueblo soberano paga, aunque no vaya a las salas, su butaca en forma de impuestos. Es decir, los contribuyentes estamos financiando una actividad totalmente privada, que no tiene ningún interés público, como ha quedado demostrado en una reciente encuesta realizad a tal fin.
Revisando nuestra vieja hemeroteca, que como siempre decimos lo hacemos frecuentemente, nos encontramos, por ejemplo, que en año 1990 fueron subvencionadas con dos mil y pico millones de pesetas de entonces, 39 películas, de las cuales sólo se estrenaron 22. Sin comentarios. Este dato está sacado de la revista Epoca.
Estos directores de cine, y también algunos “artiscejos”, como son incapaces de vivir de lo que genera su trabajo, recurren a la subvención estatal a costa de todos los españoles. Y para que siga el chollo, lo único que tienen que hacer son películas que agraden a los políticos, es decir, que pongan a la Iglesia Cristiana (con otras no se atreven) a bajar de un burro, o que ensalcen a tiranías y dictadores. Ustedes ya me entienden. ¡Así cualquiera!.
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