miércoles, 11 de junio de 2025

Un poco de filosofía ( I )


 

Vamos a dedicar unas entregas sobre el tema de filosofía, tema que siempre nos encantó.

Como ya saben, la palabra filosofía proviene del griego ΦƖƛοσοΦία que quiere decir, entre otras cosas, acopio de los conocimientos más generales que establecen y emplazan el juicio de la realidad, amén de indicar el hondo sentido del hacer y proceder humano. Dicho etimológicamente: “amor a la sabiduría”.

Aristóteles ya decía en sus tiempos, hace casi 2.500 años, que el alma es “orexis” (apetito, impulso, deseo, etc) de los humanos que les lleva a buscar algo, aunque también hay otra aspecto importante como es la “praxis” (acción). De lo que se deduce que un saber sin praxis no vale para nada. Si las personas saben mucho de ciencia, de física, de química, etc, y no saben fabricar un coche, o construir una alcantarilla o un edificio, o descubrir nuevas energías, el ansia de saber no vale para nada.

La filosofía no persigue enseñar a fabricar coches, o hacer alcantarillas y edificios, pero gracias a ella se descubre el por qué es necesario hacer todo esto. Si no hubiese filosofía no conoceríamos el sentido de la construcción y fabricación.

Seguro que a lo mejor se preguntarán para qué sirven la literatura, la historia, la gramática, los idiomas, etc ¿Servirán para algo valioso, fructífero, rentable, útil, etc? Pensemos un poco.

 En los domicilios suele haber objetos y cosas que sirven para algo, como por ejemplo butacones, sofás, sillas, mesas, aparatos de radio y televisión, etc. Pero al mismo tiempo también suele haber pinturas, cuadros, fotografías, etc, de amigos, de familiares o de personajes admirados por lo que sea ¿Para qué nos sirve esto último? Aparentemente para nada práctico: solamente para decorar y recordar. La naturaleza humana está basada en lo teórico y en lo práctico. Separar esto sería un caos.

Hay muchos, muchas y “muches” que presumen de saber mucho, pero de lo que no se dan cuenta es saber para qué sirve el saber, ya que no saben qué van a hacer, haciendo muchas veces lo contrario.

Cuando la persona solamente es considerada por su aspecto físico, por su fisonomía, por su anatomía, etc, puede que se le considere como un simple mono, orangután o simio que ha evolucionado. Pero hay otros aspectos mucho más importantes: la intelectualidad y la libertad, es decir, la extensión y capacidad del espíritu.

Recordarán a aquel astronauta soviético que dijo después de aterrizar que no había visto a Dios por ninguna parte. También un eminente científico dijo en su día, después de hacer el examen e investigación del cuerpo de un fallecido, que no había visto el alma, declarando que no existía.

Un amigo nuestro fallecido (q.D.g.), nos dijo en una ocasión que sólo creía en lo que veía. Gran error el de las personas que piensan y creen que sólo existe realmente lo que se percibe con los sentidos ¿Acaso el Cosmos no está lleno de temas y asuntos que los científicos no pueden apreciar, ni observar, ni divisar, ni distinguir, etc, por muchos recintos, laboratorios, librerías, archivos, organismos, etc, que tengan?

Continuará.



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