Los jóvenes, “jóvenos” y “jóvenas”, y algunos niños,
niñas y “niñes”, tienen sus mentes invadidas por las “enredes” sociales. Los
teléfonos móviles suenan por doquier, incluso en sitios en los que se
recomienda que se apague.
Son de una ignorancia supina que se han convertido en
auténticos “telefonópatas”, ya que consideran que lo único verdadero, efectivo
y auténtico, es lo que aparece en las mentadas “enredes”.
El leer un libro, caca de la vaca flaca, ya que lo que
les priva son los whatsaap, los mensajes, los vídeos de internet, cayendo en
una trivialidad y simpleza que les lleva a una conducta casi anormal, exigiendo
derechos, pero de obligaciones y responsabilidades nada de nada.
Por todo esto, y por otras coas, son incapaces de
pensar, de analizar y de reflexionar, con lo que los politicastros están
encantados porque los manejan como marionetas.
También la culpa de todo esto la tienen muchos padres
y madres, ya que nada les hablan ni les comentan sobre temas como la familia,
el esfuerzo, el trabajo, la dignidad, la educación, por poner unos ejemplos.
En fin, la gran invasión “telefonopática” ahí está.
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