¿Se acuerdan cuando el republicano Manuel Azaña
Díaz-Gallo, en un discurso en Barcelona en julio de 1938, dijo aquello de “Paz,
piedad y perdón”, aunque de olvido no dijo nada? Pues hoy estamos ante otro
republicano, pero sociata, que nada quiere saber de estas cuatro palabras,
aunque sí usa otras como bulos, rumores, chismes, mentiras, falsedades,
etc.
Este sujeto, Su Sanchidad como habrán intuido, ha
salido a la palestra para pedir disculpas y excusas al “pueblo soberano” por el
quehacer de Santos Cerdán, diciendo que “desconocía por completo” sus
fechorías, diciendo también que lamentaba “profundamente lo ocurrido y
entiendo la indignación de muchos ciudadanos”. Sin comentarios.
De sus responsabilidades políticas en todos los
tinglados que ya se saben, en los que muchos, muchas y “muches” están inmersos,
inmersas e “inmerses”, caca de la vaca flaca.
En fin, de dimisiones y convocatoria de elecciones,
caca de la vaca flaca también. Le viene muy bien a este sujeto la siguiente
frase latina: “Qui totum vult totum perdit”, que se puede traducir por “El
que quiere todo lo pierde todo”. Además, este sujeto es como el caballo de
Atila.
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