martes, 9 de octubre de 2018

Estudiantes


Hemos visto en cierta prensa no hace mucho tiempo, una manifestación de estudiantes con el lema “¡No a la educación franquista!”. Pregunta: ¿saben estos estudiantes quién fue Franco?  Nos tememos que no. No hay más que echar un vistazo a ciertas preguntas que se hacen a esos estudiantes sobre la reciente Historia de España. Así, uno respondió en un examen que la Guerra Civil Española había sido una guerra entre los demócratas y las tropas fascistas de José María Aznar.


Otro, más “preparado”, dijo que la citada Guerra Civil había sido una lucha entre España y Cataluña. Sin comentarios. Además, ¿saben estos estudiantes qué clase o tipo de educación se daba en tiempos de Franco? ¿Por qué no se les pregunta directamente sobre todo esto? Ahí tienen los periodistas una buena ocasión para sacar a estos chicos de la ignorancia. Pero, claro, no se atreven, o no quieren, según el partido al que pertenezcan. 

Viendo la imagen, ya se sabe quién está detrás de estas movilizaciones, aunque estos jóvenes caquécticos mentales tampoco saben quién fue el sujeto que portan en la pancarta.

¿Saben estos muchachos, por ejemplo, una disposición enviada por Lenin a los dirigentes comunistas de la ciudad de Penza, en la cual recomendaba ahorcar sin vacilación, publicando el nombre de los reos, así como confiscar sus bienes, a la vez que se les indicaba que cogiesen rehenes?

Seguro que tampoco saben que, en junio de 1922, por iniciativa de Lenin, el Politburó examinó el tema de los grupos antisoviéticos entre la intelligentsia, y emitió una directiva comparable con el rigor medieval de la Inquisición. Se debía "filtrar" a los candidatos a la universidad, lo cual significaba que habría “límites estrictos para la entrada en la universidad de estudiantes de origen no proletario, los cuales necesitarían un certificado de fiabilidad política". Todas las publicaciones impresas habrían de ser examinadas cuidadosamente, “no se podrá realizar ningún congreso panruso de especialistas (médicos, agrónomos, ingenieros, abogados, etc,) sin el permiso de la GPU”.

Todo esto y muchísimas cosas más sobre este terrorífico personaje, figuran en la obra  “El verdadero Lenin”, escrita por el general  Dimitri Volkogónov, ex director de Propaganda del Ejército Rojo y luego director del Instituto de Historia Militar de la extinta URSS, editado por Grupo Anaya S.A., 1.996, 451 páginas.  El autor, después de tener acceso a más de 6.000 documentos escritos y firmados por Lenin, nos narra con todo lujo de detalles la personalidad de este siniestro y cruel personaje.

Otra obra que narra la calaña de este cruel personaje es "El terror bajo Lenin", autor Jacques Baynac, Tusquets Editor, Barcelona 1977, 339 páginas. (Estos dos libros los tenemos comentados en este blog con fechas 23 y 26 de enero de 2.017).

¿Habrán leído estos jóvenes ese libro? Seguro que no.

Lo curioso del caso es que dichos jóvenes tienen grabado en su frontispicio la palabra democracia, y sin embargo son partidarios de regímenes totalitarios. Así se ve a muchos con la efigie del “Che” y a otros con la de Mao.

Nos viene a la memoria unas frases de Aristóteles:

“Cuanto más democrática se vuelve una democracia, más tiende a ser gobernada  por la plebe, degenerando en tiranía”.

“En las democracias, la revoluciones son casi siempre obra de los demagogos”.

¡Ah!, nos viene a la memoria también la frase de una veinteañera ni-ni-ni (ni estudia, ni trabaja ni lo intenta), que dijo a unas amigas que iba a votar a "Podemos" porque quería comprarse un "Mercedes". Sin comentarios.







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