Como decíamos en nuestro artículo anterior, el ayuntamiento de Gijón ha distinguido al criminal, asesino, genocida, cruel y mentiroso Santiago Carrillo Solares, nacido en esta localidad, con el título de hijo predilecto y al que se le “reconoce” una “brillante hoja de servicios”. Continuamos con ella.
El periódico “Política”, órgano oficial de Izquierda Republicana, publicaba el 14 de marzo de 1.939 un artículo intitulado “La deslealtad comunista”. En ese mismo periódico y en la parte superior derecha, se leía el siguiente párrafo: “La gran cantidad de víveres almacenados en los centros comunistas demuestra su firme propósito de resistencia. Con pan o sin pan, como dice el doctor Negrín; pero con jamones, botes de leche, carnes en conserva, etc, etc".
El artículo antes mencionado, decía:
"La deslealtad comunista"
"Desde el momento en que los restos del Gobierno ilegítimo y dictatorial de Negrín huyó al extranjero y los jefes militares, única autoridad de la República en estado de guerra, constituyeron con las representaciones políticas republicanas, socialistas y confederales el Consejo Nacional de Defensa, el Partido Comunista hubo de lanzar a la sedición a las fuerzas del Ejército de que pudo disponer.
Con esto ha culminado y se ha descubierto la política de deslealtad que ha seguido siempre ese Partido de dirección extranjera que se ha servido de todos los demás para conseguir con la fuerza ajena lo que nunca hubiera podido lograr con la propia, casi nula.
Porque el Partido Comunista ha logrado todos sus éxitos por la deslealtad. La Unidad ha sido su gran mentira. La unidad con los fuertes, cuando no era nada, para dividirlos en provecho suyo y dominarlos después.
El Partido Comunista, antes de la guerra, no podía conseguir nunca más que un diputado. Había nacido en España para dividir al proletariado, para disminuir la fuerza del Partido Socialista y de la U.G.T. que llevaban cincuenta años de labor política en España. Los comunistas hacen la unión de las Juventudes para ponerlas frente al Partido Socialista, para eliminar a Prieto, que pudo haber evitado la guerra, y a Besteiro, y a los hombres, en fin, que alcanzaron mayor prestigio en el Socialismo.
Los comunistas han situado a sus agentes, con distintos carnets, en los puestos decisivos. Esa ha sido su unidad. Unidad con el Partido Socialista, a condición de que éste fuera Negrín y Álvarez del Vayo. Unidad en el Frente Popular, a condición de dirigirlo, siendo una exigua minoría.
Unidad del Ejército Popular siempre que el Comisariado comunista lo dominara. Una unidad que no ha tenido inconveniente en romper mediante una lucha sangrienta con el enemigo enfrente. , a las puertas de Madrid, en momentos gravísimos, en cuanto ese Ejército ha estado dirigido por sus jefes militares, por el general Miaja, a quien han jurado tantas veces adhesión entusiasta, por el coronel Casado y por los demás jefes fieles al interés de España. No admitían, pues, más unidad que aquella que sirviese sus fines. Si los demás españoles sacuden su tiranía para defender los intereses generales de la nación, frente a los de un partido dirigido por el extranjero, entonces los comunistas ya no se sienten en unidad con ellos. Más aún, los hieren por la espalda, en los días en que, perdida Cataluña por la gestión desastrosa del Gobierno de Negrín, la República se encuentra en una situación decisiva en la que se ventilan la independencia nacional y la vida de todos los españoles leales.
Los soldados republicanos que han caído durante los pasados días; las posibilidades con que podemos contar para mañana; la suerte de todo el Ejército y aún de toda la población española; lo que haya de ser España. Todo eso es lo que ha defendido el Consejo Nacional de Defensa en la lucha felizmente terminada con el triunfo del Ejército republicano".
El asunto se comenta por sí solo. Carrillo, defensor de una ideología totalitaria y desleal a la República, ¿cómo demonios va a “tener una brillante hoja de servicios?. Además, por definición, un comunista nunca podrá ser demócrata por mucho que traten de engañar a la gente.
Continuará.
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