El gobierno cubano y el terrorismo
Como ya se sabe, el gobierno de Fidel Castro colabora y colaboró con el terrorismo en general y con ETA en particular, como lo demuestran las pruebas presentadas por el juez Baltasar Garzón.
Además de esto existe un libro intitulado “Terrorismo: la red internacional”, autora, Claire Sterling, Ediciones Lasser Press de Argentina y México D.F., 365 páginas y publicada por primera vez en España en 1.981, donde se ve toda la planificación y participación del mundo comunista en la red del terrorismo internacional. Este libro se encuentra comentado en nuestra sección “Comentario de libros” con fechas 6 y 16 de junio de 2012.
Refiriéndose a Cuba, en las páginas 26, 57 y 149 del citado libro, se demuestra como terroristas de ETA eran entrenados en Güines por el coronel soviético Vadim Kotchergine.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 49/60 de 17 de febrero de 1.995, tipifica el terrorismo como “actos criminales con fines políticos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en personas determinadas, siendo injustificable en todas las circunstancias, cualesquiera que sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra índoles que se hagan valer para justificarlo”.
Hay otro tipo de terrorismo, el de Estado, que también practica el gobierno de Cuba. Se podría definir este terrorismo como el “uso sistemático, por parte del gobierno de un Estado, de amenazas y represalias, con el fin de imponer la obediencia y una colaboración activa a la población”.
En los estados totalitarios, Cuba lo es, existe una imposición ideológica monolítica y un monopolio de los medios de comunicación todos en poder del gobierno (diarios “Gramma”, “Trabajadores”, “Juventud rebelde”, “Invasor”, etc, etc. ). Aparte de esto, existen más de doscientas cárceles para recluir, aislar, y a veces exterminar, a adversarios y disidentes. Todo ello en colaboración con los “chotas” (chivatos) y un aparato policíaco opresor y omnipresente.
En el informe de Amnistía Internacional 2.001 se lee: “continuó la represión contra individuos y grupos que ejercían pacíficamente su derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión”.
Por otra parte, la inexistencia de garantías constitucionales que protejan el ejercicio de los derechos da lugar a constantes violaciones. Es impensable establecer recurso de inconstitucionalidad contra una ley del estado, ya que no existe un Tribunal de Garantías constitucionales.
Por otro lado, los abogados que presentan el recurso de “habeas corpus” son presionados y amenazados por los medios represivos. Ante tal situación, gravísima por cierto, nadie se atreve a pensar en la creación de un Defensor del Pueblo.
Al mismo tiempo, la población tiene prohibido el acceso a Internet. Sólo 60.000 cubanos, previa autorización correspondiente del gobierno, tiene acceso a la red. El resto de los usuarios sólo pueden entrar en la red, que es una red con contenidos muy restringidos.
Personalmente entramos muchas veces en la red para jugar al ajedrez y al dominó. De higos en brevas entra algún cubano, aunque últimamente no entra nadie. Automáticamente le preguntamos que cómo están las cosas por Cuba y si está vigilado. No contestan. Tienen miedo. Están vigilados.
En fin, se podrían seguir enumerando más actuaciones del gobierno de Cuba, como terrorista de Estado, pero tal asunto sería muy prolijo.
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