miércoles, 25 de diciembre de 2013

Historia de la Literatura Española ( V I I )


Decíamos en la anterior entrega que en ésta veríamos los argumentos de los otros dos cantares: el de Los Infantes de Lara y el del Mío Cid.

El Cantar de los Infantes de Lara puede que sea el más trágico y emocionante de la épica española. La reconstrucción de este cantar se la debemos a D. Ramón Menéndez Pidal. El tema es el siguiente:

Los infantes de Lara, que eran los hijos de Gonzalo Gustios, asisten a la boda de su tío Roy Blázquez en Burgos que se desposaba con doña Lambra. El menor de los infantes, por cuestiones caballerescas, mata de una puñalada a Alvar Sánchez, que era primo de la novia. Ni qué decir tiene que se entabla una lucha entre los parientes de ambos contrayentes, lucha que termina con una reconciliación. Pero esta reconciliación, auspiciada por la pareja de boda, es sólo aparente, ya que lo que se perseguía era vengarse de los infantes, los cuales vuelven a reincidir con el asesinato de un villano que había arrojado a la cara de uno de los infantes un pepino ensangrentado. Al pobre villano nada le valió el refugiarse bajo el manto de doña Lambra.

Mediante intrigas, Roy Blázquez consigue que Gonzalo Bustios acepte una misión para atacar a Almanzor, que era el califa de Córdoba. La venganza la lleva Roy muy dentro de su corazón. Consigue que los infantes hagan una incursión en el campo moro. Almanzor los hace prisioneros y los decapita, enseñando a Gustios las cabezas de sus hijos.

El cantar de Mío Cid es el único cantar de gesta que se conserva. Está considerado como el primer monumento literario conocido escrito en castellano. Este cantar se refiere a las hazañas del héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar. Su composición data del siglo XII, aproximadamente en 1140. Se recitaba, como los otros cantares, en los castillos feudales, aprendiéndolo de memoria los juglares.

Se publicó por primera vez en 1779, siendo la mejor edición la que hizo D. Ramón Menéndez Pidal en 1908.

Las principales características de esta obra son la precisión geográfica de los lugares que aparecen, así como la veracidad histórica de lo que se narra. Al mismo tiempo, hay un unanimismo en el estilo que hace suponer que no haya sido compuesto por varios autores. Como es sabido, su autor es anónimo.

La rima predominante es el verso de catorce sílabas, aunque los hay de diez e incluso algunos tienen hasta veinte. Por otra parte llama la atención la ausencia de fantasía, característica ésta de los poemas franceses de la misma época.

Los aspectos más destacados del protagonista son su religiosidad, su patriotismo y su lealtad.

En la próxima entrega veremos el contenido y la división del poema.

Continuará.


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