Como ya saben, seguimos comentando libros sobre la “raleaza”
por si alguno aparece en las “Memorias” de El Patrón de “El Bribón”, oiga.
El autor del es Manuel Galiana Ros, Editorial
Ediciones Esparta 2013, 237 páginas en
las que se incluye “Romance del rey
felón”, páginas 233 a 237.
Como decíamos en la anterior entrega, en esta obra
salen a la luz todas andanzas personales, tanto amorosas como profesionales, de
este sujeto “Patrón del Bribón”, a la vez que se ve el enriquecimiento indebido
de este detestable personaje.
En la página
97, y dentro del capítulo intitulado “A
partir de su matrimonio”, se lee lo siguiente:
“El nombramiento de sucesor además venía acompañado de un ascenso al
generalato y del nombramiento de príncipe de España (pero no de Asturias). Más
adelante una vez que fue nombrado Rey y completado de forma efectiva el pecado
de perjurio, supo sin embargo
engañar a casi todos los españoles, porque al mismo tiempo que se despojaba
voluntariamente y altruistamente de
la mayoría de los amplios poderes heredados del anterior Jefe del Estado,
obtuvo como compensación por este desprendimiento una serie de contrapartidas
vitalicias entre las que estaban incluidas:
la aceptación formal por parte de todos los partidos de la restauración
monárquica; la obscena y total impunidad personal penal reflejada en la
Constitución para todos y cualquiera de sus actos de la clase que fueran; la
jefatura suprema de las Fuerzas Armadas; una partida generosa para el
mantenimiento de la Casa Real no sujeta a control institucional alguno; el
contar con el regimiento de la Guardia Real y la Unidad de Alabarderos y
finalmente el establecimiento de un pacto de silencio con el estamento de los
medios de comunicación que deberían censurar cualquier tipo de información
relativa a su persona o sobre su familia que no fuera de carácter políticamente
correcto”.
En la página
99, y como consecuencia de ciertos comentarios despectivos hacia su
persona, el patrón del Bribón dice:
“Ya estoy harto de que todo el mundo venga a chuparme el culo y luego me
considere tonto”. El que se pica, ajos come, oiga.
En fin, no seguimos comentando porque, como ya
hemos dicho en otras ocasiones, la lectura de este libro y de otros sobre la “raleaza”, nos produce asco, náuseas y varias cosas más.
Seguiremos comentando más libros sobre estos
sujetos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario