Como decíamos en la anterior entrega, en ésta y siguientes insertaremos algunos datos biográficos de Cervantes, así como de sus obras.
En primer lugar citaremos las novelas ejemplares, colección de 14 obras, de las cuales siempre se puede sacar algo beneficioso, aunque en el fondo tengan mucho de picaresca.
Tales novelas fueron escritas por Cervantes en el tiempo que transcurrió entre la primera y segunda parte del Quijote. Tuvieron un gran éxito, ya que fueron traducidas al inglés, francés e italiano. De estas obras destacaríamos “Rinconete y Cortadillo”, “El coloquio de los perros”, “La española inglesa”, “El licenciado Vidriera”, “La ilustre fregona” y “El casamiento engañoso”.
Y ahora “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, calificada por muchos la mejor novela de todos los tiempos. Esta obra nada tiene que ver con aquellas novelas que refieren costumbres licenciosas y livianas, así como en aquellas que representan la existencia humana de forma romántica llena de idealismos, todo ello falso y convencional, que miente sobre el sentido real de la vida, con lo que hace que la gente se alimente de vanas ilusiones, gente que al encontrarse con la realidad sufre todo tipo de trastornos y desengaños.
Cervantes salva todo esto al referir las aventuras de un hidalgo de La Mancha, dedicándose a ser caballero andante recorriendo diversas tierras de España, acompañado de su escudero Sancho Panza. Se nos narra la sociedad, así como la vida y el carácter de las personas, con sus pasiones y sus nada positivas conclusiones, sin hacer nunca en groserías.
También nos enseña Cervantes muchas cosas que sirven para formar el carácter del ser humano, preparándole para la vida al mostrarle el sentido verdadero de la realidad.
Los personajes de esta novela, así como sus episodios, son de lo más variopinto. Vamos a citar algunos.
Además de los dos grandes protagonistas, don Quijote y Sancho, destacan el sacerdote, como símbolo de persona creyente, y el barbero, representación del pueblo, y sobre todo Dulcinea del Toboso, amor e ideal platónico de don Quijote.
También se puede mencionar al bachiller Sansón Carrasco, representante del ser universitario; a la sobrina y al ama de don Quijote, así como también a la esposa e hija de Sancho Panza, que eran símbolos del quehacer doméstico.
En la próxima entrega veremos someramente algunos episodios de El Quijote.
Continuará.
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