Aquiescencia, anuencia y beneplácito

Como ya sabrán, aunque se intente silenciarlo, el híbrido y desnortado gobierno que tenemos en estos momentos en España, ha dado permisos extraordinarios a criminales terroristas de ETA que han supuesto el traslado circunstancial y momentáneo a Vascongadas, aduciendo “motivos personales”, que van desde ir a conocer un hijo recién nacido, pasando por ir al entierro de un familiar o visitar a un enfermo, también familiar. Todo esto, claro está, con la aquiescencia, anuencia y beneplácito de esto que dicen que se llama gobierno. Desde luego, mayor burla y humillación no se puede hacer a las víctimas de estos asesinos y criminales.

Como ya es sabido, aunque sea sólo a medias, el primer “traslado” tuvo lugar el pasado noviembre, cuando el sujeto Egoitz Coto Echeaindia,  fue llevado desde la cárcel de Albolote (Granada), hasta el Centro Penitenciario de Zaballa (Álava). Una vez aquí, dejó la cárcel para conocer a su hijo recién nacido. Después volvió a la prisión granadina.

Llama la atención que el tal Coto haya ido a conocer a su hijo, pues fue detenido en el año 2002 y condenado a 22 años de cárcel por arrojar cócteles molotov contra la Ertzaintza, con el resultado de dos guardias gravemente heridos. Por tanto, la paternidad queda un poco sospechosa, a no ser que también haya salido de la cárcel para realizar el correspondiente coito, o coitos. Además, la Audiencia Nacional también le impuso otra pena de 16 años por atacar un concesionario de automóviles y un banco en Baracaldo.

Otro sujeto, Alberto Plazaola Anduaga, preso en Galicia, también fue “trasladado” a Vascongadas para ver a su madre que se encontraba enferma. Este tipo fue condenado en 1997 a 46 años de cárcel por delitos de asesinato frustrado.

Otro permiso le fue concedido también a Unai López de Ocariz para asistir al entierro de su padre. Este sujeto también se encuentra en la cárcel de Granada. Fue condenado a 28 años de prisión por otro atentado contra un banco realizado en el año 2000, ocasionando innumerables importantes daños materiales.

En fin, sin comentarios, aunque sí se podía añadir algo: mientras no se arrepientan y pidan perdón por todos los asesinatos y crímenes cometidos, no son dignos de la más leve consideración ni conmiseración.  Por cierto, ¿qué es de Yosu Ternera y de De Juana Chaos? ¿Dónde están?