Hoy sólo vamos a insertar dos párrafos de D. Miguel de Unamuno que son muy ad hoc a los tiempos que vivimos.
"Mientras haya quienes traten de imponer, de un modo o de otro, lo
de que es preciso creer estas o aquellas doctrinas para ser buenos; mientras
haya esto, no habrá libertad. Ni habrá libertad mientras no penetre en lo más
intimó de la conciencia pública la verdad de que no hay nada, absolutamente
nada, que no deba decirse y que debe oírse con respeto y sin estúpidas
protestas –aunque sobraba el epíteto, pues siempre es estúpida toda protesta–
todo, absolutamente todo, lo que pueda decirse, salvo refutarlo luego o
combatirlo".
"Cuando, con la guerra, conquistemos la libertad de conciencia y el reconocimiento de que la moral cristiana de los actuales pueblos cultos está por encima de los credos y de los dogmas todos, y lejos de depender de ellos, son éstos los que dependen de ella para su nacer, su vivir, su morir y su transformarse, entonces, y sólo entonces, podremos gozar y aprovecharnos con fruto del rico tesoro de consuelos vivificadores y de alientos fortificantes que hay en el hondón de la fe de nuestros mayores".
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