Y seguimos insertando comentarios de libros que se han escrito
sobre la “raleaza”. Hoy le toca el turno a “El
patrimonio de los Borbones. La sorprendente historia de la fortuna de Alfonso X
I I I y la herencia de Don Juan”,
autor José María Zavala, Editorial La Esfera de los Libros S.L. , 2.010, 466
páginas incluido el Índice Onomástico.
Si los libros ya comentados sobre dicha “raleaza”, y los que
comentaremos próximamente, nos han producido repulsa y náusea, este que vamos a
comentar nos ha producido asco.
Lo primero que diremos es que este libro, al igual que los
comentados, lo debería de tener todo el mundo. Como siempre decimos a nuestros lectores,
en caso de que quieran adquirirlo y no lo consigan, nosotros les daremos la
dirección para poder conseguirlo.
El libro en esencia trata de la corrupción y sucios manejos del bisabuelo
de este sujeto que tenemos ahora como rey, es decir, de Alfonso X I I I I. Pero
no solamente sale a relucir este tipo, sino también gente como el marqués de
Villabrágina, o el mismísimo duque de Alba y otros más, verdaderos valedores
alfonsinos, tan corruptos como él.
En la página 19 y siguientes, y dentro del primer capítulo
intitulado “Alfonso X I I I y los galgos”,
se pueden leer una serie de cosas verdaderamente indignantes relacionadas con
prevaricaciones, falsificación de documentos, estafa, juego ilegal, etc. Es muy
interesante y revelador lo que nos cuenta Zavala, con rigurosa documentación,
sobre la estafa y apropiación indebida por parte de este sujeto, del dinero
generado en las apuestas sobre carreras de galgos, a la sazón prohibidas en
España.
También se habla de los lujazos de este personaje, como
cacerías, yates, coches y otras muchas cosas más tales como, por ejemplo, el
obsequio que le hizo Villagarcía de Arosa al monarca con la isla de Cortegada,
que era un verdadero paraíso de las Rías gallegas. La contrapartida del regalo
sería la construcción de una residencia de verano, que jamás se construyó.
En el capítulo segundo intitulado “Vicios inconfesables”, y como no podía ser menos, este zascandil
también tuvo una vida amorosa agitada, poniéndole los cuernos a su esposa
Vitoria Eugenia de Battenberg “con
numerosas amantes”. También se comenta que el conde de Romanones le llevaba
películas pornográficas escondidas en una maleta.
Hay un par de datos curiosos que nos narra Zavala. Uno es el de
que Alfonso X I I I era accionista de
Atlántida Cinematográfica Española, que
había nacido “con un fin moralizante”. En
su base fundacional se leía: “
Siendo el espectáculo de
proyecciones un elemento que ejerce poderosa influencia en la formación
pública, tiene el deliberado propósito de armonizar el fin lucrativo de la
empresa con el moral, que ha de presidir a toda educativa y de cultura. La
compañía se inspirará en el genio tradicional de nuestra raza, para coadyuvar, con la reproducción de las
excelencias varias de su arte, a la elevación espiritual de nuestro pueblo . .
.” (Página 71).
El otro dato curioso nos lo cuenta Zavala en la página 67. Dice
así:
“Resultaba paradójico e
incongruente, como apuntaba antes Lasa, que el rey Alfonso X I I I se prestase a esta afición cinematográfica,
siendo a la vez canónigo honorario de la catedral de Toledo, canónigo honorario
y hereditario de la Santa Iglesia Catedral de León, de la de Barcelona y de la
de San Juan de Letrán, en Roma, así como caballero de San Juan de Jerusalén y
de la Orden del Santo Sepulcro . . .”
En fin, y como decíamos al principio, libro recomendadísimo para
“recuperar la memoria”.
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