domingo, 18 de septiembre de 2016

La Comunidad Económica Europea ( I I )


Ante la extraña situación, por no decir otra cosa, por la que atraviesa Europa en estos momentos, vamos a dedicar unos artículos al tema.
Europa tiene varias y diversas dimensiones tanto históricas como históricas, dimensiones que tratan de triturar los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, así como los islamistas.

Quizá la característica más sobresaliente sea la de que Europa es un continente de grandes ciudades, que están en aumento constante, en detrimento del campo. Pero esto no es de ahora, sino que viene de muy antiguo, ya que las primeras manifestaciones culturales tuvieron lugar bajo el sello urbano, como lo demuestran las ciudades-estado de los griegos y, posteriormente, los municipios romanos. Bien es verdad que a partir del siglo I I I d.C., se produjo una gran crisis que acabó con la autonomía urbana, comenzando aquí la decadencia del Imperio, que trajo como consecuencia la desaparición de muchas ciudades. Las pocas que sobrevivieron se convirtieron en sencillas y simples agrupaciones de personas que estaban adscritas o insertadas en otros espacios jurisdiccionales, ya fuesen señoríos o feudos, ciudades carentes de instituciones y organizaciones propias.

Muy posteriormente, concretamente a finales del siglo X I, tiene lugar una recuperación económica que permitirá salir de la desastrosa etapa medieval, desarrollándose tanto la vida urbana como la municipal, lo que conlleva el resurgir y el renacer de la ciudad.

De este resurgir y renacer dan cuenta el Gótico, el Renacimiento y el Barroco, siendo el arte europeo una gran manifestación urbana, como fueron los grandes edificios, plazas públicas y avenidas que se construyeron.

Luego hubo otra transformación, o si se quiere, un nuevo modelo de ciudad. Esto ocurría con la Revolución Industrial, que trajo otro sistema de producción, que influyó tanto en lo económico, así como en la población y en el consumo. El gran aumento de población produjo congestiones demográficas. Por aquel tiempo se decía que el maquinismo había traído el caos y el desorden a las ciudades.

Pasando los años la vida den las ciudades se va organizando. Ortega y Gasset dijo que la “urbe es, ante todo, esto: plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa, la elocuencia, la política. La ciudad clásica es la ciudad política: la ciudad que va desde la polis griega a la cívitas romana y que llega hasta nuestros días con toda la ejemplaridad y la especifidad de su experiencia urbanística”.

No cabe duda de que cada ciudad europea tiene su propia personalidad, aunque en el fondo son símbolos de la civilización europea, o cuanto menos, de alguno de sus aspectos. Esta personalidad nos la demuestran los Balzac, Galdós o Dickens con sus respectivas Paris, Madrid o Londres, por poner unos ejemplos.

Dicho todo lo anterior, parece lógico preguntarse cuál es la capital de Europa. Esto lo veremos en la próxima entrega.

Continuará.


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