sábado, 9 de julio de 2016

“Queridos camaradas”


Así se intitula un libro de Antonio Elorza y Marta Bizcarrondo, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Complutense el primero, y catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid, la segunda. Editado por Planeta en mayo 1999, consta de 532 páginas. La obra trata sobre la influencia de la Internacional Comunista en España durante la Guerra Civil, según la apertura parcial  de los archivos soviéticos , a los que han tenido acceso algunos historiadores privilegiados.


La interpretación que hacen los profesores Elorza y Bizcarrondo de los citados documentos, es un tanto ideologizada. Desconocen o “ignoran” documentación que se encuentra en España y que no por eso deja de ser tan importante como la soviética. “Ignoran”, por ejemplo, que el 22 de enero de 1937 Andrés Nin escribió una carta a la Comisión Ejecutiva del Partido Socialista en la que pedía que se incluyese al POUM en la unificación con el PSOE y el PCE.

También “ignoran” el artículo de Nin “El problema de los órganos de poder en la revolución española”. Esta documentación desmiente los comentarios gratuitos que estos dos catedráticos hacen sobre Nin: su pensamiento, su táctica política, el papel de Nin y del POUM en la guerra, etc.

Los periodistas Dolores Genovés y Llibert Ferri (autores del documental “Operación Nikolai”), investigadores de los archivos de la KGB y del Archivo Histórico Nacional de Madrid, han encontrado pruebas documentales del encarcelamiento, tortura y asesinato de Andrés Nin por parte de Orlov, Gero, Stepanov, etc todos ellos agentes de Stalin en España.

¿Cuál es la nueva perspectiva que Elorza y Bizcarrondo aportan al asunto?. En realidad no aportan nada. Más bien pretenden destruir lo que denominan “el mito de la pureza de Nin y del POUM”, diciendo que Nin y el POUM eran revolucionarios que aspiraban a una revolución social y que no luchaban por la defensa de la República. Esto ya se sabía de sobra. Por tanto, nada nuevo bajo el sol.

En vez de narrar los hechos históricos tal como sucedieron, los profesores se ponen a dar consejos sobre la táctica acertada que los estalinistas debían haber practicado en España. Se lamentan de que la NKVD y el PCE encarcelaran, persiguieran, torturaran , calumniaran y asesinaran a los miembros y dirigentes del POUM. Pero no lo lamentan porque la calumnia, la mentira, la falsificación, el asesinato, etc. sean reprobables y aberrantes por sí mismos, sino porque ahora se conocen los asesinos y también se sabe la execrable participación de los estalinistas españoles. Lo que Elorza y Bizcarrondo dicen es que hubiera sido mejor propagar lo antes mencionado: que Nin y el POUM eran revolucionarios y que no defendían la República. Con esta táctica los “estalinistas de toda la vida”, aparecerían como los “campeones de la democracia” y no tendrían por qué avergonzarse de tanto crimen

Aparte de todo esto, la obra tiene muchos errores e imprecisiones que no cabrían en este resumen. El libro termina con una frase del Palmiro Togliatti, uno de los responsables de la política criminal estalinista: “Si algún día regresásemos a nuestros países, hemos de tener presente desde un principio: la lucha por el socialismo significa lucha por mayor democracia. Si nosotros, los comunistas, no nos convirtiésemos en los más consecuentes demócratas, la historia nos arrollará”.

Qué duda cabe que así fue.


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