Como sabrán, y verán, estamos en tiempos de “debates”, en los que aparecen los politicastros de turno con todo tipo de mentiras, embelecos, farfollas, filfas, perífrasis, demagogias, logomaquias, pleonasmos, etc, etc, todo ello propio de ignaros y tarúpidos. Dichos politicastros no hablan de los grandes problemas que tiene España, y si alguno lo hace, no ofrece soluciones.
Ya hemos escrito en este blog sobre los grandes problemas económicos, muchos de los cuales se solucionarían suprimiendo el Senado, la monarquía, las autonomías y la subvención estatal a los sindicatos.
Pero además hay otro tipo de problemas de los que ni se habla. Ahí tenemos el aborto, con más de cien mil seres humanos vilmente asesinados al año, al mismo tiempo que se están produciendo más muertes que nacimientos, con lo que la natalidad está en bajísimos índices.
Por otra parte, tenemos la amenaza islámica que, como ya es sabido, pretende dominar y subyugar a toda aquella persona “infiel”, es decir, a la que no acepte sus creencias, creencias carentes totalmente de libertad, de democracia y de tolerancia, palabras estas con las que se llena la boca constantemente a los mentados politicastros.
También tenemos el problema del separatismo con vascos, catalanes, gallegos, canarios, etc., basado fundamentalmente en el odio que tienen a España y también en leyendas y mitologías.
Y no digamos ya nada del paro y de la corrupción.
También hay otra cosa curiosa, por no emplear otra palabra más contundente: la de que todo el mundo habla de derechos, pero nadie habla de obligaciones. El “progreismo” así lo dicta, oiga.
Vean la imagen. Así nos luce el pelo.
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