Como ya es sabido, en el pasado mes de marzo se han cumplido dos años de la muerte del dictador Hugo Chávez, que puso como su sucesor al indocumentado e ignorante Nicolás Maduro, con cuyo mandato Venezuela camina por peores derroteros que con Chávez.
Como no lo ve claro, el Maduro este está obsesionado con un supuesto golpe para derrocarle que, como la monserga de siempre, estaría auspiciado por EE.UU., y así, cada dos por tres, se saca como por arte de magia que va a ver un levantamiento para cargárselo. Y lo mejor, claro, es arrestar y encarcelar a la oposición ¡Menudo demócrata!
La verdad es que en el Ejército hay mucha preocupación ante la situación venezolana, y esto es lo que verdaderamente teme el dictador.
Por otra parte, la situación en las ciudades es poco menos que infernal, teniendo que aguantar y soportar los venezolanos constantes y larguísimas colas para proveerse de lo más elemental y básico. No se entiende muy bien cómo un país inmensamente rico en petróleo pueda llegar a tal extremo, aunque ya se sabe que la corrupción campa por sus respetos, y las “donaciones”, bien sean en metálico o con el mentado petróleo, también campan por sus respetos. Que se lo pregunten a “Podemos” y a Cuba.
Todo esto, y otras cosas, trajeron como consecuencia detenciones a mansalva de disidentes, asesinatos, crímenes e impunidad. Ahí está un informe de Amnistía Internacional que relata la ausencia total de justicia tras las protestas y manifestaciones de hace un año que se saldaron con 43 muertos, casi mil heridos, tres mil y pico detenidos y el encarcelamiento de Leopoldo López, líder de la oposición.
Si a esto unimos que el gobierno hace poco que ha aprobado una resolución para que las Fuerzas Armadas puedan reprimir cualquier protesta y manifestación, tendremos el cuadro ya completo.
En fin, esta es la situación de la Venezuela de Maduro y de la que “Podemos” no dice ni mu.
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