sábado, 6 de septiembre de 2014

Historia de la Literatura Española ( X X V I )



Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos la clasificación de los romances, así como algunas de sus características.



La citada clasificación era: históricos, fronterizos moriscos, caballerescos, novelescos y líricos. Su principales características eran el ser fieles al relato histórico y ser generalmente de autores anónimos. Los más antiguos son de finales del siglo XIV y la mayoría son del XV.

Los romances históricos se refieren a los héroes más destacados, como el Cid, Fernán González, los Infantes de Lara, Bernardo del Carpio, etc, etc

Algunos de estos romances son rigurosamente históricos; otros reflejan la tradición popular sin apartarse nunca de la historia ni ser producto de invenciones fantasiosas de sus autores.

Los romances fronterizos moriscos tratan, como su nombre indica, de los enfrentamientos entre españoles y musulmanes durante la Reconquista. El más antiguo es del siglo XIV y empieza “Cercada tiene Baeza ese arráez Audalla Mir”. Destacan también “Abenamar, Abenamar, moro de la morería”, en donde se relata la pérdida de Alhama y otro que comienza con “Río verde, río verde, tinto vas en sangre vida”, referente a Alonso de Aguilar.

Se llaman “fronterizos” a los que se refieren  a la conquista de Granada, que era la frontera de España con los moros en este siglo.

Los romances caballerescos se caracterizan por la importancia que se concede a la indumentaria y por el empleo de frases caballerescas inconfundibles. Los más notables son los que se refieren a Roncesvalles, a la linda Melisendra, al marqués de Mántua, etc.

Los romances novelescos y líricos tienen variada temática. Unos se refieren a asuntos de historia o de mitología clásica, y otros tienen por tema fantasías fronterizas con los moriscos. Los más importantes son “La bella maridada” y otro que comienza “A caza iban a caza, los cazadores del Rey”.

Entre los líricos destacan el que comienza con “Fonte  frida, fonte  frida”, y el que se refiere a la aparición de la esposa muerta que comienza “En la ermita de San Jorge un a sobra obscura vi”. Este romance, junto con otro fronterizo que comienza “Sal á cazar, el rey moro, á cazar como solías”, los insertaremos en la próxima entrega


Continuará


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