viernes, 1 de agosto de 2014

Cuba: 55 años de privilegios, represión y engaños ( 21 )



En esta penúltima entrega, transcribiremos parte del discurso de Fidel Castro pronunciado en el primer congreso del Partido Comunista cubano celebrado entre el 17 y el 22 de diciembre de 1975, diez años después de haberse constituido el primer Comité Central. Como no podía ser de otra manera, el buró político que salió del citado congreso estaba presidido por Fidel Castro Ruz, siendo el vicepresidente su hermano Raúl. También el primer secretario era Fidel y el subsecretario su “brother” Raúl.

Ahí va parte del discurso:

“El partido lo resume todo. En él se sintetizan los sueños de todos los revolucionarios a lo largo de nuestra historia; en él se concentran las ideas, los principios y la fuerza de la Revolución; en él desaparecen nuestros individualismos y aprendemos a pensar en términos de colectividad; él es nuestro educador, nuestro maestro, nuestro guía y nuestra conciencia vigilante, cuando nosotros mismos no somos capaces de ver nuestros errores, nuestros defectos y nuestras limitaciones; en él nos sumamos todos y entre todos hacemos de cada uno de nosotros un soldado espartano de la más justa de las causas y de todos juntos un gigante invencible; en él las ideas, las experiencias, el legado delos mártires, la continuidad de la obra, los intereses del pueblo, el porvenir de la patria y los lazos indestructibles con los constructores proletarios de un mundo nuevo en todos los rincones de la Tierra, están garantizados”.

Este es el falso, fanático y demagógico discurso, con su perorata  de ametralladora llena de logomaquia,  de Fidel Castro Ruz, Jefe del Buró Político, Primer  Secretario del PCC, Primer Ministro, Comandante en Jefe de los Ejércitos, Primer Recolector de Tabaco y de Caña de Azúcar, Primer Barbudo,  Primer Guía,  Primer fumador de puros, Primer Combatiente Valeroso,  primer . . .

Como se ve, el discurso está preñado de un fanatismo ( I ) propio del marxismo-leninismo de los mejores tiempos, en el que la persona y el individuo quedan totalmente anulados pasando a disposición del partido y del capitalismo del Estado burocrático, según el lema que dictaba la URSS de entonces: el Partido es el todo

También se ve en dicho discurso la retórica populista, con lo que el “Líder Máximo”, al  “El Gran Timonel”,  al “El Conducator”, lo único que perseguía era la adhesión fervorosa del “pueblo soberano” por aquel “gallego” tan inteligente, aunque dicho “pueblo soberano” no entendiese ni papa de lo que decía. Parece que aquí Fidel  tiene en cuenta el famoso y poderoso Principio de la Vulgarización: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

Como ya es sabido, en todos los discursos de “Manguito” aparece la palabra mágica de Revolución, que no es otra cosa que mantener una férrea disciplina, un único pensamiento, un único criterio y una ideología intocable. Todo ello ha constituido un gran fracaso como se demostró en la implosionada URSS.

( I ).-  Sobre el fanatismo recordemos esta frase de Lenin: “Cuando logremos la victoria a escala mundial, instalaremos retretes públicos de oro en las calles de las ciudades más grandes del mundo”, frase que aparece en el libro “Los olvidados. Una tragedia americana en la Rusia de Stalin”, autor  Tim Tzouliadis, edición en castellano de Randon House Mondadori, S.A., Editorial Debate 2.010, página 180, libro comentado en nuestra sección “Comentario de libros” con fechas 5, 19 y 30 de diciembre de 2.013.

Vean este vídeo de YouTube, así como una presentación intitulada 

“Comprar en Cuba”. La miseria y la hambruna que padece el 

pueblo cubano son de auténtica pena.








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