viernes, 8 de junio de 2012

Investigar las cuentas del rey y de su familia


Supongo que se habrán enterado de la noticia: según el Congreso “investigar a la Casa Real va en contra de la Constitución”.


¡Y otra vez con la Casa real, Dios Santo!. Ya lo hemos dicho un montón de veces. ¿es que las demás casas somos ficticias o irreales?. ¿Cuándo demonios acabaremos con estos calificativos?. ¿Quién va a confiar en una nación si no se puede investigar a su jefe de Estado, impuesto en su día, no por méritos propios, sino por decisión testicular de Franco?.


Lo que está en contra de la Constitución son las barbaridades que se están viendo todos los días dentro de los muros de la Patria mía: quemar banderas de España, hacer lo que les da la gana a los separatistas, insultar y reírse del Himno Nacional, discriminar al idioma español en algunas regiones. Ni qué decir tiene que a muchos políticos que han robado a manos llenas, tampoco se les ha aplicado la Constitución, ya que deberían estar en la cárcel. Todo esto sí que va en contra de la Carta Magna.


Además, ¿no somos todos lo españoles iguales ante la ley?. Entonces, ¿por qué no se van a investigar las cuentas de este sujeto y su “raleaza?.


Por otra parte, si este asunto es anticonstitucional, la cosa tiene fácil solución: cambiar la Constitución.


Asimismo, como ya sabrán, la Ley 5/2006, de 10 de abril, de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado, obliga, tanto al presidente del gobierno, como a los ministros y demás altos cargos, a declarar sus patrimonios, sus cuentas, sus bienes, sus inversiones, etc.


En el preámbulo de dicha Ley, se lee:


“El objetivo de la Ley es establecer las obligaciones que incumben a los miembros del Gobierno y a los altos cargos de la Administración General del Estado para prevenir situaciones que puedan originar conflictos de intereses”.


Como es lógico, la citada Ley lleva la firma del jefe del Estado que, paradójicamente, queda al margen del mandato que impone y obliga. ¿Cabe mayor incongruencia?.


Luis David Bernaldo de Quirós Arias

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