martes, 22 de julio de 2014

Cuba: 55 años de privilegios, represión y engaños ( 2 0 )



Che Guevara, el guataca

La verdad es que no sabe uno por dónde empezar para relatar algo sobre este siniestro personaje. Comenzaremos por unas palabras suyas ignoradas por sus fans, es decir, por las personas que ponen camisetas y jerseys con su cara, o ponen en su dormitorio su foto:

“El odio como factor de lucha, el  odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierten en una afectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así, un pueblo sin odio no puede triunfar sobre su enemigo brutal”.

Este es uno de los párrafos del mensaje del “Che” a la Tricontinental en abril de 1.967, pocos meses antes de morir. Quizá no valga la pena hacer ningún comentario. Creemos que el párrafo se comenta por sí mismo.

Hay una cosa curiosísima sobre este ejemplar, y es que este tipo sin titulación universitaria ninguna (lo de que era médico es pura mentira), sin haber hecho el servicio militar en ningún sitio y sin haber realizado ningún tipo de trabajo, haya pasado a la historia como un héroe, como médico, como comandante y como santo y seña de los trabajadores y pobres del mundo, omitiéndose que fue responsable de miles de crímenes y asesinatos.

Hay una abundante bibliografía desmitificando al “Che”.  Quizá el más relevante, y el más reciente, sea el libro intitulado  “Che Guevara”, autor Fernand Díaz Villanueva, ediciones, Dastin Export, año 2.004, 283 páginas, libro ya comentado en nuestra sección “Comentario de libros” con fecha 23-1-2011.

Nacido en Argentina en 1.928, fue un niño bien criado y sin problemas. Era muy holgazán, convirtiéndose en un aventurero cuando se hizo mayor: prefería vagabundear que estudiar. A pesar de todo esto, hay quien aún defiende que era médico. De ser así, su expediente habría sido conservado como oro en paño. Lo cierto es que dicho expediente no aparece por ninguna parte.

Después de leer a Marx y a Lenin, se quedó con dos ideas fijas para toda su vida, a saber: a), todos los problemas de Hispanoamérica era por culpa de los EE.UU.;  y b), estaba convencido de que la violencia era el único camino para solucionar los problemas políticos y económicos. 

En esto es cuando conoce a Fidel Castro y comienzan los preparativos en el rancho de Santa Rosa mexicano para la invasión de Cuba. Una vez desembarcados y escondidos en Sierra Maestra, el Che comenzó su carrera sanguínea: asesinó a varios guerrilleros y colaboradores.

Una vez derribado el régimen de Batista, Guevara fue destinado a la fortaleza La Cabaña, lugar alejado de la capital y muy apto para lo que se quería hacer: fusilamientos en masa y juicios sin ningún tipo de garantías. Así, decía: “Hay que trabajar de noche, no hacen falta muchas averiguaciones para fusilar a uno. Nuestra misión no consiste en dar garantías procesales a nadie, sino en hacer la revolución”, revolución que dejó 1.892 vidas asesinadas en la citada fortaleza al más puro estilo de la checa soviética.

Sin tener ningún tipo de estudios, fue designado director del Banco Nacional, y ocupó también el Ministerio de Industria. Por supuesto que esto no era lo de él: en abril de 1.965 se fue al Congo para expandir y difundir el comunismo por el continente africano, cosa que no consiguió

Era un pelota, un arrastrado y un lameculos de Fidel Castro, es decir, un guataca como dicen los cubanos. Así, en la página 84 del libro, le dedica unas coplillas al Monstruo de Birán,  Esteban Dido, “Manguito”, o como ustedes quieran llamar a Fidel: “Vámonos, ardiente profeta de la aurora, por recónditos senderos inalámbricos a liberar el verde caimán que tanto amas”.

En la página 131, también se lee: “No tengo casa, ni mujer, ni hijos, ni padres, ni hermanos; mis amigos son amigos mientras piensen políticamente como yo”. Estas son palabras de un auténtico demócrata y, por una vez, no mentía.

En la página 210 habla, también sin mentir, de los problemas de la extinta Unión Soviética: “Los problemas agrícolas que la Unión Soviética tiene hoy, de algún lado vienen . . . Algo anda mal . . . A mi se me ocurre, también instintivamente, que eso tiene que ver con la organización de los koljoses y de los sovjoses, la descentralización, o el estímulo material, la autogestión financiera, además algunos problemas, naturalmente, como tienen ellos las tierras particulares para los koljosianos; en fin, el poco cuidado que se le ha dado al desarrollo de los estímulos morales sobre todo en el campo. Cada día hay más indicios de que el sistema que parte de la base de países socialistas ya debe cambiar”. ¡Y vaya si cambió!.

En fin, y para terminar,  este libro es una biografía del carnicerito de La Cabaña, que figura en camisetas, posters, fotografías, etc, etc, de miles de adolescentes que son embaucados y seducidos al igual que los pederastas embaucan y seducen a sus víctimas. Porque el llevar una camiseta de este guataca, además, es una afrenta para los cien mil presos que languidecen y son torturados en las zahúrdas y bartolinas que Esteban Dido tiene extendidas “por el verde caimán que tanto ama”. Y es también una ofensa para los once millones de cubanos que tiene sometidos el “ardiente profeta de la aurora”.

Y terminamos con un párrafo de Fidel Castro que se comenta por sí solo:

“El mundo capitalista divide a los socialistas entre socialistas buenos y socialistas malos, y es un honor para nosotros estar entre los socialista malos, los que no coquetean con fórmulas capitalistas” 

Como ya sabrán, en este mes de julio se cumple el vigésimo aniversario de la masacre, por parte del gobierno castrista,  del barco “13 de Marzo”. Este crimen ocurrió el 13 de julio de 1.994. (Este tema está comentado en la entrega número 12).

Vean el siguiente vídeo de YouTube sobre esta masacre.



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