Nos da qué pensar oír a los socialistas y, en general, a la gente de izquierdas, llamarse progresistas, cuando han consentido y permitido llamar a Asturias por el retrógrado nombre de "principado".
Leamos la Historia:
"El 21 de Julio de 1.385, Juan I, débil y enfermizo, aunque sólo tenía 24 años, hizo testamento de sucesión en favor de su hijo Enrique que tenía 5 años (¡¡¡ CINCO AÑOS!!!).
Tres años más tarde, en 1.388, mediante el tratado de Bayona, Juan I pactó con el duquede Lancaster (quien aspiraba a la corona de Castilla), el matrimonio de su hijo Enrique que tenía ¡¡¡ OCHO AÑOS !!! , con Catalina, hija del duque. Ambos herederos llevarían a partir de entonces el título de príncipes de Asturias".
¿ Cómo es posible que se tengan en cuenta hoy día aquellos tejemanejes de hace 600 años ? ¿ Dónde está el progreso ?
Por otra parte, y como ya hemos comentado en nuestros tres artículos sobre el libro “Juan Carlos I, el último Borbón. Mentiras de la monarquía española”, artículos que figuran en nuestra sección “Comentario de libros”, la “historia no absolverá” a este sujeto porque, aunque últimamente se viene omitiendo, mintiendo y tergiversando, aquélla suele colocar al cabo del tiempo a cada cual en su sitio. Este inquilino de la Zarzuela, mucho nos tememos que pasará a la Historia ocupando lugares de “descenso”, por lo que se merece que su nombre desaparezca de calles y demás.
¿Y qué decir de su yerno Urdangarín, que ha amasado una fortuna inmensa a base del erario público, desviando dinero por doquier? Nos cuesta trabajo creer que su graciosa majestad no supiera nada de los manejos de su yerno.
Por otra parte, y como ya sabrán, la hija de Felipe y de Letizia, una niña de ocho años que pasará a llamarse Princesa de Asturias, cobrará al año ¡¡¡¡¡¡¡102.000 € ¡!!!!!!!!.
Viendo los cientos de miles de españoles, o quizá millones, que las están pasando canutas, leer todo esto produce asco y vómito
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