martes, 17 de septiembre de 2013

Peresonajes célebres. Gustaf Dalén


Probablemente este señor sea una de las persona menos conocidas del mundo de la ciencia, a pesar de haber sido Premio Nobel de Física en 1912.

Los capitanes de barcos, así como los pilotos de aviación que vuelen de noche, tienen que estar eternamente agradecidos a un hombre: Gustaf Dalén, del que a lo mejor nunca han oído hablar.

Dalén era un campesino sueco apasionado por la mecánica. Sus inventos tenían por objeto salvar vidas humanas. Inventó la válvula solar, que es un mecanismo por el cual se enciende de forma automática la luz de un faro al llegar la noche, y se apaga, también automáticamente, cuando sale el sol. 

Cuando este invento llegó a oídos del gran Thoms Alba Edison, dijo que tal invento no iba a dar resultado. Asimismo, la oficina alemana de patentes dijo en tono suficiente y despreciativo, que aquello era imposible.

Lo cierto es que el invento de Dalén ha hecho que en prácticamente todos los puertos y aeródromos del mundo, se vean encendidos los faros automáticos, evitando muchos accidentes.

Desafortunadamente, Dalén no vio en todo su esplendor sus faros, pues en uno de sus experimentos hubo una explosión dejándole sin vista. Aunque ciego, y durante veinticinco años, siguió tenaz y valerosamente con sus trabajos experimentales.

Nació en Suecia en 1869, y murió también allí el 9 de diciembre de 1937.

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