miércoles, 27 de abril de 2016

Historia de la Literatura Española ( L V I I I)


Como decíamos en la anterior entrega, en esta veremos las obras de otros dramaturgos, dejando para otra entrega el comentario sobre otro genio: Pedro Calderón de la Barca.


Otros dramaturgos de este período fueron el valenciano Guillén de Castro (1569-1613), persona de carácter altivo y aventurero que falleció en la más absoluta  miseria. Escribió unas cincuenta obras dramáticas, cuyos temas principales eran los trágicos y las injurias al matrimonio. También escribió sobre temas históricos, tales como “Las mocedades del Cid”, “Las hazañas del Cid” y “El conde Alarcos”. Sobre el tema de “capa y espada”, escribió comedias tales como “Narciso en su opinión” y los “Malaseados  de Valencia”. También escribió comedias costumbristas, como “La verdad averiguada y engañoso casamiento” y “Engañarse engañando”.

Junto a Guillén también se pueden destacar Andrés Rey de Artieta, autor de “Los amantes de Teruel”, Virués, Tárrega, Miguel Beneito y algunos más.

Otro miembro destacado de este período fue Vélez de Guevara (1570-1644). Sus obras más destacadas son “Más pesa el rey que la sangre”, sobre la gran hazaña de Guzmán el Bueno, y “Reinar después de morir”.

También destacaron Francisco de Segura, Gutiérrez de Cetina y Antonio Mira de Amescua.

En la escuela castellana destacaron Juan Pérez de Montalbán (1602-1638), cuyas obras más importantes son “La más constante mujer”, “Las dos venganzas”, “No hay vida como el honor”, “A lo hecho pecho”, y otras del género de “capa y espada”, y Tirso de Molina, que era el pseudónimo del fraile Gabriel Téllez (1573-1648). Escribió más de cuatrocientas comedias, clasificadas en cómicas, dramáticas y trágicas, siendo sus obras más importantes “Don Gil de las calzas verdes”, “La villana de Vallecas”, “Palabras y plumas”, “Celos con celos se curan”, etc.

De sus dramas destacan “El burlador de Sevilla” y “El convidado de piedra”. Sobre el tema histórico se pueden citar “Hazañas de los Pizarros” y “La prudencia en a mujer”. En el tema religioso destaca “El condenado por desconfiado”.

Toda la obra de Tirso se caracteriza por su habilidad en el manejo del castellano, con expresiones graciosas y amenas que hacen que su lectura sea muy agradable.

Otro dramaturgo de la época fue Juan Ruíz de Alarcón (1581-1639), nacido en Méjico, donde su padre ocupaba un cargo de administración de unas minas. Aunque sus obras no llegan a las treinta, sin embargo fue más conocido que los anteriores. Destacan “El tejedor de Segovia”, “Los pechos privilegiados”, “La verdad sospechosa”, “Las paredes oyen”, obra en la pretende demostrar la superioridad de la hermosura del alma sobre el cuerpo, “Ganar amigos” y “Examen de maridos”.

En la próxima entrega veremos algo sobre el gran dramaturgo Pedro Calderón de la Barca, como decíamos al principio.


Continuará.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog