Decíamos en la anterior entrega que en ésta veríamos algo sobre las lenguas neolatinas o romances.
Al desmembrarse el inmenso Imperio Romano, aparecieron e Europa distintas nacionalidades que habían sido provincias romanas. Esto trajo como consecuencia que el latín, que era el habla común, ya no sería tal cosa, sino que se transformó paulatinamente. Esta transformación tenía mucho que ver, obviamente, con la manera y forma de expresarse de cada pueblo, siguiendo ciertas normas fonéticas. De esta manera aparecieron las lenguas neolatinas o romances, que fueron: el rumano, el dálmata, el rético, el italiano, el sardo, el francés, el castellano, el portugués y el provenzal, hablado en la antigua Galia, y del que se derivan, entre otros, el catalán.
Los romances que aparecen en la Península Ibérica a comienzos de la Edad Media fueron el portugués, y el galaico-portugués, el catalán y el castellano, que son todos ellos elementos del idioma español, el cual experimentará un gran desarrollo en los siglos siguientes.
Por otra parte, en las provincias vascongadas se hablaba un idioma antiquísimo llamado euskaro. Según algunos este idioma fue el que usaban los primeros pobladores de la Península Ibérica.
En las próximas entregas veremos algo sobre la Edad Media, Época Preclásica, así como el Período Épico, siglos XII y XIII.
Continuará
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