lunes, 26 de abril de 2010

La casta de los de la ceja


Además de la casta política, existe otra casta formada por una serie de individuos, casi todos ellos títeres sin cabeza y vividores, de mucha chapa y pintura, que forman una especie de secta-casta que está dispuesta a unir esfuerzos y aliarse para protestar contra Internet, del que sólo saben que existe y funciona, pero no saben cómo y en qué se basa.

Sucede que su ineptitud e inutilidad hace que las ventas de sus “productos”, algunos de ellos terribles y patéticos, disminuyan. Entonces es cuando montan en cólera diciendo que la escasez de sus ventas es por culpa de “las nuevas tecnologías”. Esto es mentira. Lo que pasa es que nadie va a ver esos bodrios que siempre tratan de los mismo: putas, maricones, drogatas, etc,etc., por mucho que digan que la gente las “baja de Internet”. Esto es una gran patraña, porque para bajarlas de Internet, alguien tiene que subirlas primero, cosa que nadie hace.

Por otra parte, obsérvese que las salas que están llenas es porque se exhiben películas extranjeras con argumentos varios y distintos, mientras que las vacías es por que ponen películas españolas. La cosa está clarísima. Es decir, la gente sigue yendo al cine si se pone una buena película. Lo de que Internet es el culpable del bajón, es una mentira cochina. Señores de la ceja: produzcan ustedes cosas buenas, ya sea música, cine, espectáculos, etc, y verán cómo la gente acude. Mientras sigan con bazofia y morralla no habrá nada que hacer, aunque les importa un bledo, ya que las subvenciones están aseguradas. El apoyo al gobierno así lo requiere. Para eso están nuestros impuestos, oiga.

Y para más INRI, estas películas que parecen sacadas de las cloacas, son subvencionadas con tres millones de euros, cuando apenas se recaudan 5.000 en taquilla. Pero, por si las moscas, y con la “crisís” que tenemos encima, a lo mejor el gobierno puede quitarnos las subvenciones, oiga, y es entonces es cuando se les ha ocurrido la idea de chuparnos la sangre a los usuarios de Internet porque, además, nuestros “grandes artistas internacionales” (Ramoncín, Víctor Manuel, etc), no venden sus discos.

En fin, entre esta casta de los de la ceja los hay que no valen ni para mirar a ver si vienen.

Luis David Bernaldo de Quirós Arias

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