Ya se ha sancionado en el Congreso el trámite sobre la manipulación de embriones humanos con una vergonzante aceptación del PP: sí, pero no; no, pero sí; casi sí, pero casi no . . . Nos hemos convertido en le macelo nacional de embriones, al que ampulosamente denominan "centro de investigación científica".
Tenemos al enemigo dentro: la progresía. Su único adversario y su única obsesión es el Cristianismo. Y para no embestirlo de frente, se recurre al relativismo, diciendo que este relativismo no niega ninguna verdad cristiana, pero subliminalmente se transmite a la gente que no es posible lograr verdad alguna, salvo la que ellos quieran mantener como tal. Así, por ejemplo, Cristina Almeida tiene ganas de quemar los libros de César Vidal. Sin comentarios.
Además del enemigo citado anteriormente, hay otro que presenta alguna analogía: nos estamos refiriendo al entorno de Rajoy. Si el PP, efectivamente, no quiere destruir a la Iglesia, sí persigue manipularla, utilizarla o conquistarla, es decir, hacerla a su media valiéndose de paripés y “defendiendo enmiendas”.
Recordemos que allá por el año 2.003, durante el “aznarato”, la ministra de Sanidad Ana Pastor redactó un proyecto de ley para “utilizar los embriones sobrantes de la fecundación in vitro”, siendo tres el número de óvulos a fecundar.
Ahora un par de preguntas: ¿una mujer que se someta a la fecundación in vitro estará dispuesta a tener tres hijos en un solo parto?. ¿No se le pasará por la cabeza el “aborto selectivo”?.
Sea como fuere, este proyecto del “aznarato” parece que ha convencido a alguna que otra jerarquía y a algún que otro “portavoz autorizado” del mundo clerical científico. Una pasada.
Luis David Bernaldo de Quirós Arias.
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