jueves, 7 de marzo de 2024

“Stalin”


 

Este es el lacónico título del libro de la escritora inglesa Rose Tremain, Librería Editorial San Martín 1976, 160 páginas.

Como decíamos en la primera entrega sobre Stalin, vamos a dedicar unas a Vissariónovich Dzhugashvil, alias “Stalin”, o “Koba”, con motivo de su fallecimiento en este mes de marzo, concretamente el día 5, pero de 1953.

Esta obra contiene datos biográficos sobre este sanguinario y criminal personaje, que van desde su cruel y férrea dictadura, pasando por las terribles “purgas”, hasta la brutal represión sobre las personas que, según él, eran “enemigas de la Revolución”, represión que supuso un costo de vidas humanas que muchos callaron y otros justificaron.

El libro consta de una “Introducción”, más V I I I capítulos, siendo el más interesante, a nuestro juicio, el intitulado “Socialismo en un solo país”, páginas 76 a 95, en el que se ve, entre otras cosas, la manipulación de este sujeto en todos los asuntos del estado, sin que el pueblo se enterase de nada. Dicha manipulación era, según él, en “interés del Partido”.

También se comenta que Stalin “advirtió claramente que en el futuro Trotsky podría representar para él un grave peligro, y al objeto concertó una alianza con dos de los que se habían mostrado titubeantes en 1917, Zinoviev y Kamenev” (página 79). Recordar que tanto estos dos personajes como Trotsky, fueron asesinados por orden de Stalin.

En la página 99 se lee:

“Stalin se dispuso a destruir sistemáticamente no sólo la vieja guardia bolchevique, sino que introdujo su espada vengadora en las fuerzas armadas, en la industria, en cada rincón del Estado, para acabar de raíz con todos a quienes podía aplicar la palabra ‘oposición’. Les acusó de traicionar la Revolución, al servicio de Occidente, les sometió a torturas físicas y morales, les negó el derecho a defenderse en los procesos, les deportó, les hizo traer de nuevo para que ‘confesaran’ su traición y en millares de casos les ejecutó aunque se hubieran envilecido ante él balbuceando las confesiones de sus supuestos delitos”.



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